Después de 15 temporadas consecutivas en la élite, alguna de ellas épicas como la 2006/07, en la que llegó a colarse en las semifinales de la UEFA tras eliminar al Bayern Leverkusen y solo el Sevilla, a la postre campeón, logró eliminarlo, el Osasuna se vio descendido a Segunda B hasta el minuto 90 de la pasada temporada. Entonces, un tanto de Javier Flaño en Sabadell salvaba al conjunto rojillo, que en la categoría de bronce corría un serio riesgo de desaparecer asfixiado por una nefasta gestión que dejaba al equipo sumido en la ruina.

De hecho, el Osasuna y todo su patrimonio es de la comunidad navarra, que tuvo que salir en defensa del club, envuelto en escándalos de supuestos amaños de partidos y desvíos de capitales varios. Hay hasta 22 imputados relacionados con la entidad, algunos de ellos con casos flagrantes, como la imputación de la junta gestora tras la dimisión del último consejo.

Por su maltrecha economía, el Osasuna solo cuenta con 18 fichas de profesional. No le conceden más. Además, no puede pagar más del mínimo para profesionales de Segunda (en torno a 65.000 euros por temporada, según convenio AFE), aunque se le permitió en el pasado mercado estival que los jugadores con fichas más altas saliesen y poder aplicar un tanto por ciento de la diferencia para para ofrecer mejores condiciones salariales. No obstante, casi ningún futbolista encontró atractiva la idea de ir a Pamplona, a jugar por lo mínimo y sin ningún proyecto deportivo que fuese más allá de la salvación con apuros. La solución: tirar del Promesas Osasuna y meter a cuantos jugadores pudiesen en el primer equipo con ficha del filial. Consecuencia: listas de circunstancia y meteduras de pata, como la alineación del sancionado Unai García en Copa, que le supuso la descalificación del torneo.

Por eso, en Navarra no salen de su asombro cuando miran la tabla y ven al Osasuna líder. Después de la nefasta temporada del año pasado, en la que se veían ascendidos nada más pisar la Segunda y de completar convocatorias con chicos sub 23, el conjunto rojillo es la revelación en este arranque de Liga.

Proyecto de cantera

Muchos otros clubs hubiesen estado condenados, pero el Osasuna siempre ha mirado por sus categorías inferiores. Hay varios jugadores asiduos en las listas de José Manuel Mateo (aunque con el reglamento en la mano siempre ha de haber siete profesionales en el campo) como Álex Berenguer, David García, Miguel Olavide y el carismático José García, el niño del Osasuna. Se hizo popular en el programa El Día Después tras encarnar con solo siete años a un enfurecido hincha rojillo comprado por unos aficionados del Athletic, y que se ganó la simpatía de todo el panorama futbolístico nacional. Llegó a debutar con tan solo 16 años en Primera y estará, salvo sorpresa, en el encuentro del próximo sábado en El Sadar, ante el Córdoba.