El Córdoba regresa hoy a Anoeta con la aspiración de salir con la misma cara con la que salió en sus dos últimas visitas. La inmediata en el tiempo, en Copa, con aquella eliminatoria en la que los blanquiverdes, al mando de Rafa Berges, eliminaban a los donostiarras con un gran encuentro y se ganaban el derecho a cruzarse con el Barcelona de Messi. La anterior, con aquel empate a uno que obligó a pegarse a los transistores para que el tiempo (y algún corazón) se detuviera con el penalti pitado por González González a favor del Cádiz en el Rico Pérez.

Ahora regresa en Primera División y con un pie en Segunda. Los resultados de los rivales hay que hacerlos buenos, y el Córdoba lleva ocho semanas sin capacidad de respuesta. Tanto, que le costó el puesto a Djukic en esta semana y el club decidió darle el testigo a José Antonio Romero, que tendrá delante un equipo en línea ascendente. De hecho, la Real ya aspira a que se dé la carambola para poder disputar la temporada próxima la Europa League, cuando en su visita a El Arcángel, hace una vuelta, solo miraba abajo. David Moyes ha logrado resucitar a los txuri urdin, que han sumado tres triunfos en las cuatro últimas jornadas y han mantenido a cero su portería en sus dos últimos duelos. Con un once ya definido, el escocés tan solo podría tener la novedad del regreso de Carlos Vela, lo que sería una mala noticia para un Córdoba que es toda una incógnita.

La semana empezó con un Córdoba que podía asumir el esquema que más utiliza su nuevo técnico, con Krhin por delante de la defensa, una línea de cuatro por delante del esloveno y un delantero de referencia. Sin embargo, el de La Roda podría esperar y dar prolongación al doble pivote. Lo que sí parece claro es que tirará de un casi inédito José María López Silva, después de que el onubense no contara para Djukic y muy poco para Ferrer.

Otra posibilidad que ha bajarado el nuevo entrenador cordobesista es la de incluir a Gunino por delante de Campabadal, buscando más no salir derrotado esta noche como objetivo prioritario, más que buscar el triunfo, que es lo único que podría valerle a este Córdoba que se encuentra al borde del desahucio, si no lo está ya.

Otra de las incógnitas a descubrir con el nuevo entrenador será el encargado de cubrir la portería esta noche, ante la Real, ya que el cambio realizado por Djukic no se notó en nada, por lo que Romero podría volver a confiar en Juan Carlos. Sean los que sean, lo que está claro es que el Córdoba saldrá esta noche a Anoeta con la intención, al menos, de cambiar su imagen de los dos últimos meses por otra en la que se pueda apreciar, como mínimo, mayor intensidad, ideas y disposición. Si esa combinación lleva aparejada una victoria ante un equipo que se encuentra más que en forma no dejaría de ser una Real sorpresa.