Ni Mourinho pudo parar al Atlético (1-3), que remontó un gol de Fernando Torres para citarse con el Madrid en Lisboa. El equipo rojiblanco empató al borde del descanso con un gol de Adrián y arrasó al Chelsea en el segundo tiempo con una lección de ambición y fútbol. La pizarra de Simeone y otros dos tantos de Diego Costa, de penalti, y Arda Turan sellaron el billete rojiblanco para la final de la Champions.

Todo empezó con un certero remate de Adrián en el momento justo, a dos minutos para el intermedio y ocho después de que Torres, precisamente él, hubiese abierto el marcador para poner el partido donde Mourinho quería y echar un jarro de agua helada sobre las aspiraciones del Atlético. Profetizó en su día Simeone que el delantero asturiano marcaría al Barça en el choque de vuelta de cuartos y estuvo cerca de dar la razón a su entrenador. Se lo guardó finalmente para anoche, para el segundo asalto contra el Chelsea, ante el que no había estado ni en el banco la semana pasada.

Volvió a demostrarle el Cholo la confianza que le tiene, pese a su poca presencia hasta ahora en la impecable temporada colchonera, y Adrián dio la cara en el momento más oportuno para dar el equipo londinense un mazazo psicológico. Abrió al fin la puerta que había estado a punto de ceder nada más empezar con un centro-chut de Koke que llevó el balón al larguero y al palo. Una señal inequívoca de que el choque no podía discurrir por el mismo cauce que el plomizo choque de la ida.

El Chelsea no tuvo más remedio que dedicarse a administrar el balón y no dio la impresión de que pudiera hacer daño dada su lentitud y falta de profundidad, pese a la hiperactividad de Torres y la amenaza por la izquierda de Hazard. El gol por el que suspiraba Mou llegó, sin embargo, por el otro lado gracias a una gran jugada de William, que se deshizo de Godín y Filipe, pasó a Azpilicueta y este centró atrás para que culminase El Niño (m. 36). Se las prometieron felices los locales, en especial su entrenador, pero apareció Adrián para chafarle la fiesta y los planes para el segundo tiempo. No había cumplido hasta ese momento la tarea que Simeone le había encomendado, con peligrosas y habituales pérdidas, pero llegó a tiempo para aprovechar con un afortunado disparo un centro de Juanfran que no se sabe cómo superó a toda la defensa inglesa. Mourinho no se lo creía.

Sí se lo creyeron los jugadores atléticos, que salieron en el segundo tiempo para hacer todo lo contrario que hubiese planificado el técnico portugués si se hubiera visto en las circunstancias con que se encontró Simeone. Fue una arrancada memorable que pronto sirvió para generar una gran ocasión de Arda y dejó al Chelsea sin más argumentos que el balón parado, pero Courtois estuvo en su sitio para neutralizar un cabezazo a placer de Terry tras una falta.

Echó mano Mourinho de Etoo para potenciar su ataque contra el reloj, pero en lo primero que se dejó ver el camerunés fue en un claro penalti a Costa. El hispano-brasileño no dudó, agarró el balón y lo clavó en la red de Schwarzer (m. 60). Courtois evitó que el cuadro londinense empatara por medio de Luiz en otra falta y Arda acabó de hundir al Chelsea tras recoger la pelota rechazada por el larguero en un cabezazo suyo a pase de Juanfran (m. 72). Se quedaron sin capacidad de respuesta los de Mou, que aun vieron como Courtois volvía a frustrarles en el tiempo añadido.