Toda la temporada, casi desde el inicio de la misma, se ha estado hablando de la falta de capacidad realizadora del Córdoba. Y comprobando los números, una vez más, habrá que insistir en la competencia defensiva de los blanquiverdes. Porque en las primeras diez jornadas del campeonato liguero, los de Berges se situaban en la undécima posición de la tabla con 14 puntos. Cuatro victorias, dos empates y cuatro derrotas tras anotar tan solo nueve goles (menos de uno por encuentro) y encajar diez.

Cifras goleadoras muy diferentes a las cosechadas contra los mismos rivales pero en la segunda vuelta. En las 10 jornadas del segundo ciclo, los hombres de Berges casi han doblado su producción anotadora, yéndose a los 17 goles (1,7 por encuentro de media). Sin embargo, la consistencia defensiva ha sufrido un notable revés. Si en enero y hasta mediados de febrero esta se mantenía, en el último mes, con los cuatro goles encajados tanto en el Mini Estadi como en el Alfredo Di Stéfano, Alberto García ha tenido que recoger el balón de sus mallas hasta en 15 ocasiones (un 50% más que en la primera vuelta para una media de 1,5 por choque). Precisamente lo que más preocupa no es tanto esa pérdida de consistencia, sino que además el Córdoba ha sumado los mismos puntos, 14, en las primeras diez jornadas de la competición y en las mismas de la segunda vuelta. Esto es, el equipo de Berges no ha conseguido meter una marcha más en la producción de puntos. De hecho, en las otras once jornadas de Liga (de la 11 a la 21), obtuvo dos puntos más (16), con 13 goles a favor y otros 13 en contra. Una trayectoria excesivamente plana que deberá romper en los otros 11 encuentros de Liga que restan. Los filiales le han roto la media defensiva, pero en puntuación los de Berges han de dar una vuelta de tuerca si pretenden lograr el objetivo.