Son jóvenes, pero sus rostros denotan una cara curtida, como si hubieran pasado ante sus ojos muchos más años de los que realmente han vivido. Quizá la experiencia, el haber viajado tanto, el haber salido de casa siendo aún unos críos, todo ese cúmulo de vivencias han hecho que en sus voces, en sus palabras, en sus comportamientos, queden reflejados ese bagaje, tantos kilómetros, muchos por el extranjero. Son los tres refuerzos invernales del Córdoba, Armando, Seoane y Xisco --el cuarto, Paulinho, más que un fichaje está considerado como una apuesta de futuro--.

La entrada de cada uno de ellos ha sido muy diferente. El primero en aterrizar fue Armando, que tras probar unos meses en México, decidió volver a España. No acabó adaptándose a una cultura tan diferente. "Te sorprende ver al ejército por la calle con un land rover antiguo y metralletas", dijo en una entrevista a este periódico. Quizá por eso, la adaptación a Córdoba fue muy fácil. "Me ha costado poco asentarme; me siento como si llevara todo el año". Tuvo un inicio prometedor, con un par de partidos de nivel, en los que ejerció como el auténtico jefe de la defensa. Pero una lesión le cortó su proyección. Ahora le está costando algo más encontrar las sensaciones del principio, pero Berges confía ciegamente en él. Ha disputado ocho encuentros, todos ellos como titular.

Seoane lo tuvo algo más difícil. De los tres, es el único que no ha tenido ninguna experiencia en el extranjero, aunque también se fue muy pronto de su casa de Ourense. Lleva viviendo solo desde los 21 años, por lo que se considera "independiente" y por eso no le ha costado cambiar de aires, pese a que es la vez que más lejos ha estado de Galicia. Nada más llegar fue titular por la ausencia de Cristian y la venta de Fernández. Pero una vez recuperado Cristian, perdió su sitio en el once, pese a que cuajó una buena actuación. El domingo pasado la recuperó por méritos propios. "No lo esperaba, la verdad", comenta ilusionado. Tanto como lo está la afición con él, que tras la victoria ante el Almería salió de El Arcángel deshaciéndose en piropos hacia el gallego. "Hay que seguir así", observa, prudente.

Algunos ven una semblanza en Ximo Navarro, otro lateral que el año pasado llegó en unas circunstancias parecidas, sin haber jugado antes mucho, y que acabó convirtiéndose en una pieza clave en el engranaje defensivo, por su polivalencia, rapidez y ofensividad, características que también reúne Seoane. Suma cuatro partidos, todos de titular

El último en participar ha sido Xisco, la llegada más difícil, por el esfuerzo económico que tuvieron que hacer tanto él como el Córdoba. En su presentación ya advirtió que arrastraba unas molestias. Los más ansiosos criticaron su fichaje, pero en el momento en que ha podido jugar, ha demostrado que el club no se equivocó al contratarle. "Estaba fastidiado porque la lesión se había complicado, pero eso ya se ha quedado atrás y soy uno más del grupo", indica el jugador. Pero no es uno más. Ha marcado en sus dos primeros partidos con la camiseta blanquiverde, algo que solo han hecho 15 jugadores en la historia del club. Es la gran esperanza para paliar el déficit de gol que tanto ha lastrado a su equipo. Se espera mucho de su asociación con Enzo Rennella.

Con 16 años se marchó de la isla de Mallorca para ir a La Coruña. Allí vivió días felices, que le valieron para que el Newcastle lo fichara. Pasó cuatro años en Inglaterra, difíciles. De vuelta a España, ha quedado claro que no ha perdido el olfato goleador. Ante el Almería los tres coincidieron en el once inicial por primera vez. El domingo, lo más normal es que repitan. Porque tiene pinta de que los tres refuerzos van a tener mucho peso.