Cuando ya no quedaba nadie en El Arcángel, apareció Armando junto a Garai. El vasco bromeaba sobre la combinación de colores de la ropa del motrileño, que con naturalidad empezó a contar su reciente periplo mexicano. Mientras tanto, su compañero se metía en el coche a hablar por teléfono. "Tranquilos, no tengáis prisa".

--¿Qué tal los primeros días en Córdoba?

--Me ha costado poco asentarme porque hay un vestuario que me ha acogido muy bien. ¡Qué quieres que te diga! ¡Me siento como si llevara todo el año!

--¿Cómo le fue en México?

--Llevaba tiempo queriendo salir al extranjero para ver otra cultura y enriquecerme, pero no salió como esperaba, aunque intento sacar el lado positivo.

--¿Es muy diferente el país?

--Sí. Yo vivía en Veracruz y lo que más me sorprendió, aparte de la inseguridad que hay, era el clima. Entrenábamos a las siete y media de la mañana porque había 30 o 35 grados y una humedad espectacular. A las ocho y media allí ya le llaman el dragón, porque sale el sol y pega que no veas. Como es tropical, llueve de noche y el sol evapora todo. Pasé un primer mes muy malo. Llegué tarde, encima me costó adaptarme. Y cuando eché cuentas, casi había acabado el torneo.

--¿Se fue a vivir solo?

--No, con mi novia, y ella también ha tenido parte de culpa de que nos vengamos a España porque no tienes vida social, estás en casa, no te sientes cómodo.

--¿Qué es lo que más le sorprendió de aquello?

--Que allí no hay policías porque decían que todos estaban corruptos y metieron al ejército directamente, a la marina, como ellos lo llaman. Al parecer hubo muchos enfrentamientos, pero la verdad es que te sorprende ver al ejército por la calle con un land rover de estos antiguos y con una metralleta arriba. Ellos están acostumbrados porque se han criado con eso, pero a uno le cuesta. Y más cosas que no he visto pero me han contado y te van metiendo más miedo en el cuerpo. Siempre se vive con esa incertidumbre.

--¿Hay cultura de fútbol?

--Sí. El fútbol es más lento, seguramente por el clima, el césped es más alto, no lo riegan y por eso es más lento, pero a nivel de calidad me sorprendió; no está bien valorado en Europa.

--¿A qué hora jugaban los partidos?

--A las seis de la tarde. Imagínate. Pero el torneo anterior lo jugaban a las cuatro, para beneficiarse respecto al equipo contrario. Imagínate lo que puede ser aquello. En la segunda parte los rivales ya no tenían piernas porque no estaban acostumbrados. En Méjico es que se lleva mucho el tema de la altitud. Yo jugué un partido en DF, que está mucho más alto que Veracruz, que está al nivel del mar, y acabé con dolores de cabeza.

--¿Qué se ha encontrado en Córdoba?

--Me habían contado que había un buen vestuario, que era humano y cercano, pero el hecho de verlo desde dentro, me ha dejado más sorprendido aún. Me he sentido como en casa.

--¿Ha visto algo de la ciudad?

--Vino mi madre, lo que pasa que estuvo lloviendo y no pude sacarla mucho y... (se despista); ¡me río porque me hizo unas lentejas que no veas!

--¿Es más de pueblo o de ciudad?

--Yo soy más de pueblo. Muchas veces me dicen, 'el granaíno Armando'. Y digo, 'no, el granaíno , no, el motrileño'. Añoro mucho mi Motril.

--¿Y de Barcelona qué sacó?

--Los valores que le dan en ese club al trabajo, a que los niños sean humildes, a que no se les suba a la cabeza por llevar ese escudo; eso me marcó.

--¿Qué trato tuvo con Pep Guardiola?

--Le estoy muy agradecido porque me llevó a dos giras.

--¿Quién le maravilló de ese equipo?

--¿Sabes qué pasa? Son personas y cuando estás con ellos, como los tengas como ídolos, no te sueltas.

--Aquí por fin lo han hecho.

--Sí, y estamos convencidos de entrar en los play--off . Eso se palpa en el vestuario.