Dos partidos perfectos. Es lo que tendrá que hacer el Milan para apear al Barça de la Champions. Y viceversa. Las expectativas de Zlatan Ibrahimovic las suscribe también Pep Guardiola en el análisis previo de la eliminatoria más apasionante de los cuartos de final. El cara a cara de la liguilla adquiere ahora, en los cuartos de final, una nueva dimensión. Mucho más trascendente y dramática. Hace unos meses dirimieron solo el liderato del grupo para acceder a la segunda fase; ahora es una cuestión de supervivencia.

Ante una situación así, Guardiola prepara a sus hombres para lo peor, aleccionándoles con que la visita de noviembre fue una mera muestra del ambiente que atronará esta noche en San Siro. Pero, al mismo tiempo, el técnico acompañó su discurso con tintes hasta cierto punto románticos. Habló de honor y emoción por pisar el estadio lombardo, y en la sala de prensa de San Siro no habló tanto de la crucial encrucijada futbolística a la que se enfrenta el equipo como de su deseo de que los jugadores del Barça den una buena imagen y exhiban su mejor fútbol. Y, a ser posible, que marquen.

Esta noche se confrontan, de nuevo, dos modelos opuestos, acaso antagónicos: el pragmatismo del Milan, y de cualquier equipo convencional sobre el césped, ante la voluntad estética del Barça como único estandarte de esta actitud. Eso sí, con la misma ansiedad y necesidad de ganar. "Jugaremos con siete defensas debajo del larguero", bromeó Guardiola cuando le preguntaron si jugaría de nuevo con tres.

Las luces de San Siro iluminarán hoy a los dos últimos grandes equipos dignos de recordar. El Milan de los holandeses y Arrigo Sacchi es el pasado, pero sus herederos acuden obligados a defender ese prestigio que pesa una tonelada. Están en condiciones de soportar esa carga. Serán mayores, viejos a juicio de los deslenguados, pero son buenos. Aunque haga seis años que no alcanzan los cuartos de final; desde el 2007, cuando se proclamaron campeones. Todavía queda Clarence Seedorf para liderar un equipo que ha jugado millones de veces este tipo de partidos. "Galliani siempre recuerda que el Milan es el club con más títulos del mundo", subrayó Guardiola. Pero este Barça, el equipo del lustro y del siglo XXI, también cuenta por miles los partidos decisivos y cruciales a sus espaldas.