Fueron siete jornadas agónicas. El lento goteo que hacía herida los domingos y apagaba susurrando las velas de las mil y una ilusiones. Las arenas de la tierra ceutí, en lugar de sueños, convirtieron en letanía las fuerzas de un líder impecable. En frágil, la dureza de un conjunto que jamás se quebrantaba. En penumbra, el destello de un único equipo, el celeste. Por aquel entonces, el Lucena llegó a Ceuta como primero. De catorce partidos había ganado nueve. El equipo de Rafael Carrillo se encontraba realizando una de las mejores primeras vueltas de su historia. Sin embargo, nadie sospechaba que un mero empate provocaría una racha de siete partidos sin conocer la victoria.

La igualada se desplazó hasta Lucena, donde los celestes empataron a uno ante el Sporting Villanueva y siguió por Sevilla (Betis B), Cáceres y Ecija, alternando con el Linense y recrudeciendo sus efectos en la derrota ante el Caravaca.

La victoria el domingo pasado ante el Roquetas retumbó como un estallido rompiendo los vientos de aquellas tierras. Por el camino quince puntos, cuatro puestos y algún síntoma de letargo. Pero ningún reproche a una trayectoria impecable bajo el deseo del ascenso siempre intacto. Un bache pasado que vuelve a colocar al Lucena al lugar que ha cultivado. Regresa a promoción con la mirada intacta, sin ningún otro daño que la incertidumbre de no saber si esos puntos no hubieran volado. Quizás se podrían haber evitado, quizás es fútbol y su magia establece el color de las rachas. Nadie lo sabe. Del tropiezo, un enorme aprendizaje: nada será fácil.

VUELTA A LA REALIDAD En Lucena, volver a la realidad es volver a un sueño. La victoria debe refrendarse el próximo domingo a las cuatro y media ante el Almería B. De cualquier otra manera el ansiado triunfo ante el Roquetas no tendrá el significado que se le espera. Para tal encuentro, el conjunto aracelitano no podrá contar con la presencia de uno de sus fijos. Jesús Lanza cumple ciclo de cinco amarillas y verá el choque desde la grada por sanción. El veterano centrocampista tan solo se ha perdido un partido, por roja, ante el San Roque de Lepe.

Así pues, el técnico deberá recomponer el medio campo para visitar un estadio en el que el Lucena no conoce la victoria. En el único precedente, el Almería B goleó la temporada pasada al Lucena. Curioso destino dejar en las manos la opción infinita de seguir haciendo historia. Es la vela que susurraban las dunas que nunca se apaga.