Eric Abidal acudió ayer al entrenamiento, pero no se entrenó. Y habló, pero no con los periodistas, como estaba previsto antes de que se comunicara la triste noticia de que sufre un tumor en el hígado. Habló con sus compañeros. Para recibir ánimos y para darlos, sacudidos como estaban todos por un golpe tan duro. El defensa francés, de 31 años, abandonó la ciudad deportiva levantando el dedo pulgar, un gesto que refuerza el buen estado de ánimo que ofreció en el vestuario.

Finalmente, la operación se ha adelantado y hoy mismo será operado en el Barna Clínic --el centro privado del Hospital Clínic, donde fue operado el rey Juan Carlos-- después de haber podido reestructurar la agenda de utilización de los quirófanos y, según informó un portavoz del Barça, no porque se haya agravado el estado del futbolista. El equipo del doctor Josep Fuster, uno de los más reconocidos de España, llevará a cabo la intervención.

Desde que se supo la noticia, los mensajes de solidaridad hacia el jugador no han cesado. Han llegado de todas partes, la mayoría a través de las redes sociales (Twitter y Facebook), en una emocionante reacción. De deportistas y compañeros, y también de miles de personas anónimas. Algunos grupos de apoyo superaban ayer por la tarde las 50.000 adhesiones y se convirtió en trending topic o lo que lo mismo, en el tema del momento, más leído en el mundo.

A pesar de las buenas perspectivas que ofrece la operación, fuentes médicas aseguraron que, en el mejor de los casos, el jugador podrá hacer vida normal en cuatro o seis semanas, pero que se perderá lo que resta de temporada. El pronóstico no se conocerá hasta que Abidal inicie el posoperatorio.

El defensa transmite optimismo, y eso ha tranquilizado al equipo. "Casi nos ha dado más ánimos él a nosotros que al revés", explicó Xavi, que reconoció "las pocas ganas de entrenar" que tenía la plantilla. Y admitió que la dolencia de Abidal había sido "el momento más duro" que había vivido.