El Real Madrid encadenó en Soria su sexto triunfo consecutivo en un partido en el que Raúl González alcanzó a Alfredo Di Stéfano como máximo goleador de la historia madridista y en el que el Numancia mereció mucho más en una primera parte que gobernó claramente.

El Madrid no se topó de entrada con una meteorología tan adversa como estaba previsto, pero sí con un rival rocoso, dispuesto a medir la buena racha merengue sin concesión alguna. Y es que el Numancia empezó acometedor y no se agarró esta vez al catálogo futbolístico de su técnico, Kresic.

El entrenador croata siempre ha dicho que los jugadores modestos juegan bien con espacios y que las estrellas no los necesitan. Su sello es apelar al fútbol-trampa, juego directo y contragolpe, pero ayer su equipo se abalanzó sobre el rival con fiereza y saña admirables. La primera media hora del Numancia fue un alzamiento, un motín en toda regla. De modestia nada.

El actual Madrid no se siente cómodo en estas circunstancias, ya que al margen de su evidente asimetría, carece de equilibrio y tampoco tiene jugadores desequilibrantes, solo Arjen Robben.

La segunda parte destacó por un dato histórico en forma de gol. Era el minuto 48 cuando Raúl aprovechó un rechace de Juan Pablo para hacer su gol 308 y superar a Di Stéfano.