Este Córdoba va en serio. El resultado de ayer ante el Alavés fue un golpe de autoridad y un aviso a navegantes . El equipo de Paco Jémez va madurando y ayer lo demostró ganando en un feudo donde en sus ocho visitas anteriores nunca lo había logrado. El cero a dos puede ser sintomático. Primero porque el equipo suma ya cinco partidos consecutivos sin perder, lo que demuestra su solidez, aunque entre medias haya tres empates. La segunda muestra para el optimismo se aprecia en la solvencia defensiva. El Córdoba no dio opción a todo un Alavés, que llevaba dos triunfos consecutivos, a que le marcase un solo gol. Es ya el cuarto partido de la competición en el que los blanquiverdes no han recibido un tanto. Así se fraguan las escaladas. Tras el triunfo en Mendizorroza el Córdoba ya está más cerca de la zona de ascenso. Con modestia, sin que nadie lo vea llegar, ya se ha instalado entre los privilegiados, se ha puesto la etiqueta de equipo batallador. El triunfo destapa el tarro en el que Paco Jémez guardaba su objetivo final: estar arriba.

El choque tuvo muchos nombres propios. De atrás hacia delante, Valle suplió a la perfección a Julio Iglesias. Y observando el rendimiento de la columna vertebral, no es de extrañar que el Córdoba dé muy buenas sensaciones. Pierini estuvo perfecto, Acciari fue el motor y en ataque Asen, goleador, se entendió con Javi Moreno. Además, la columna vertebral se apoyó en una extremidad, la izquierda, en la que Arteaga estuvo genial.