Vuelve Benito Floro once años después al Real Madrid. Con alguna cana más, pero con ilusión por estar de nuevo en un gran escaparate. Los grandes jugadores le quieren. Michel, Fernando Hierro, Butragueño. Los tres son, como Floro, grandes madridistas y los tres se alegran por Benito, un entrenador que se atrevió a modernizar el fútbol del Madrid en los años 90.

De su paso por el Madrid muchos se quedaron con la anécdota. Algunos no entendían que el saque de banda tuviera tanta importancia como para ser argumento de una conferencia. Años después, en 2000, un buen saque de banda de Roberto Carlos a Raúl, sirvió para encauzar una Copa de Europa en el Hampden Park, en Glasgow.

Floro llegó ayer al Bernabéu a conversar. Y a las pocas horas se veía firmando un contrato y dando una conferencia de prensa como nuevo director de fútbol. El Madrid tiene prisa. Y él también. Porque en media hora de discurso ya mandó un par de mensajes.

El primero: que el Real Madrid debe contar con un 80 por ciento de jugadores españoles; de ellos un 50 por ciento, gente de casa. Uno se imagina ya que el Madrid debe estar siguiendo a jugadores como Raúl García (Osasuna), una de las grandes revelaciones de la temporada, o a Cesc Fábregas, del Arsenal.

El segundo recado mandado por Floro es advertir que a partir de ahora, todo el club deber recuperar su identidad. Que todos sus equipos, desde la elite al fútbol base, juegue de la misma manera. Como hizo también Johan Cruyff en el FC Barcelona. Es la falta de identidad, la falta de un estilo propio, el saber a qué juega el Real Madrid, uno de los problemas del club.

Floro sueña seguro con crear un perfil de jugador creativo en el medio centro. No salen cerebros de la fábrica del Madrid.