Rusell y Aguirre: noche calurosa de guitarras

En una noche que era noticia por el calor, el público del festival respondió a la llamada de la guitarra clásica asistiendo a los dos conciertos que se solaparon por unos minutos. 

Primero David Russell en el Teatro Góngora nos presentó un programa que resultó novedoso. No podía faltar una pieza con su trémolo impecable, como Campanas del Alba de Sáinz de la Maza. De B. Marcelo una adaptación de una sonata barroca en cuatro movimientos, con numerosos adornos y trinos. Con la Suite Valenciana de Asencio nos habla del autor, quien es conocido en España pero merece ser más interpretado en otros países. Y terminó la primera parte con Variaciones Brillantes de B. Lackenbacher, autor poco conocido contemporáneo de Giuliani.

Después de un descanso nos presentó The Blue Madeleine, de G. Susani, recién terminada el pasado septiembre, dedicada a Russell y basada en textos de Proust. Continuó con Sonata y Valses de C. García Tolsa, otro autor que nos dice que es poco conocido y contemporáneo de Tárrega. Para terminar tiene unas palabras a su Escocia natal, a la que nos traslada con una serie de canciones celtas.

Con el concierto ligeramente empezado, llegamos a la plaza de Capuchinos a la espera de la salida del guitarrista solista. Tras las obras de orquesta, con la Camerata Gala en escena, hace su aparición Rafael Aguirre por primera vez en el festival. Pudimos disfrutar de muy buenos momentos guitarrísticos a pesar del calor, con Aguirre interpretando el Concierto de Aranjuez, mostrando una gran técnica y momentos de inspiración en su debut en el festival del que había oído hablar desde su época de estudiante en Málaga. Continuó con el Fandango de Boccherini. Con buena sintonía con el público que llenaba las sillas y los laterales de la plaza, nos deleitó con obras a solo, Recuerdos de la Alhambra, la Misión de Morricone.

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