AL MARGEN

Cine español

En 'Asedio', el director de 'Tu hijo' nos presenta con ritmo trepidante cómo se lo hacen pasar a una novata antidisturbios

Fotograma de la película 'Asedio' con Natalia Molina.

Fotograma de la película 'Asedio' con Natalia Molina. / CÓRDOBA

A falta de películas interesantes y de calidad en versión original, habrá que recomendar cine español, cintas en las que podemos apreciar las verdaderas interpretaciones de los actores y actrices que intervienen. Porque hay un heterogéneo menú de títulos, de diferentes géneros, que invitan al espectador a todo un festín cinematográfico. Una vez leída la carta, rescatamos lo que más puede satisfacer las expectativas de los más exigentes. Un trío de producciones componen esta selección: Fatum (Juan Galiñanes), Asedio (Miguel Ángel Vivas) y Los buenos modales (Marta Díaz). En los tres casos existe una muy correcta y digna factura técnica, excelentes trabajos de sus intérpretes y un pulso narrativo que atrapará al público por parte de sus responsables: guionistas y directores.

En Asedio, el director de Tu hijo nos presenta con ritmo trepidante cómo se lo hacen pasar a una novata antidisturbios (Natalia Molina está impresionante) cuando entra con sus compañeros en un edificio de una zona conflictiva de Madrid, donde la mafia confluye con la corrupción policial. Tendrá que elegir entre servir a los de arriba o a los de abajo. El filme se abre con un prólogo impactante, donde se muestra la intervención en un desahucio (Juan Margallo nos dejará asombrados). Nada más comenzar, no puedo dejar de pensar en la serie Antidisturbios.

Fatum comienza como una película de atracos y se convierte en un drama hospitalario donde Luis Tosar mantiene un intenso pulso interpretativo con Álex García. Sus personajes son un adicto al juego y un francotirador del Grupo Especial de Operaciones de la Policía Nacional, respectivamente. Ambos son padres y ello los va a unir en el camino. Para bien y para mal.

En Los buenos modales, la directora de Mi querida cofradía nos presenta un melodrama cómico y coral (el reparto en general está sobresaliente) con un estilo algo almodovariano -no sólo por el parecido musical de la banda sonora de Joan Martorell con las de Alberto Iglesias-, donde no faltan los enredos en espacios como el bingo, los parques y las casas donde trabajan las dos empleadas de hogar que conducirán la trama.

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