Al margen

'El inocente'

El ritmo que imprime a la trama es trepidante

Una escena de la película francesa 'El inocente'.

Una escena de la película francesa 'El inocente'. / CÓRDOBA

Últimamente, el cine más interesante que está llegando a la gran pantalla suele ser francés. Eso sí, hay que apresurarse para verlo y la versión original se queda por el camino, condenando al espectador a escuchar esas voces grabadas en estudio y alejadas de la emoción que trabajaron los intérpretes que se pusieron ante la cámara. Esta semana recomendamos un filme de atracos, aunque se anuncia como una comedia romántica (algo hay de romance). Es cierto que se mezclan los géneros para componer una de las mejoras obras de su autor, un director que además es un excelente intérprete: Louis Garrel.

De principio a fin, sin respiro, el ritmo que imprime a la trama es trepidante y nos mantiene interesados en todo momento, y, justo cuando parece que va a decaer, nos sorprende con algún giro narrativo para rematar un guión que ha escrito junto a Tanguy Viel y Naïla Guiget. La historia se pone en escena con verosimilitud, gracias al buen hacer de sus intérpretes. Además de Garrel, Noémie Merlant está fascinante en este papel cómico romántico que construye como amiga del protagonista; Anouk Grinberg es la madre y representa la inocencia y el romanticismo, mientras que Roschdy Zem es el último elemento del cuarteto.

El juego de la representación está muy presente, desde la primera escena, en que asistimos a un ensayo teatral de unos presidiarios, hasta la secuencia fundamental del bar de carretera . Y no deja de funcionar el juego de las apariencias dentro del relato hasta que llega el final, que no vamos a desvelar aquí si es feliz o no, evidentemente. De hecho, cuando llega este momento, uno se pregunta si ha asistido a una comedia o a un drama. Sin embargo, lo que sí queda bien claro es la fuente de la que bebe este cineasta, el Polar francés de Jean-Pierre Melville y la pasión amorosa por el cine que imprimía François Truffaut a su obra. En fin, una película tan divertida como emocionante, cargada de guiños cinematográficos, que nos mantiene en suspense mientras reflexionamos sobre la verdad, la mentira y la esperanza.

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