Óbito

Muere Juan Muñoz, autor de 'Fray Perico y su borrico', a los 93 años

Los libros de Juan Muñoz tuvieron éxito en un momento en el que la idea de que los libros infantiles pudieran tener éxito no existía

El escritor Juan Muñoz.

El escritor Juan Muñoz. / EP

Miguel López (@hematocritico)

Un fraile gordo poniendo cara de sorpresa ante un burro que está lanzando melones no parece la portada de un libro superventas, pero Fray Perico y su Borrico es eso y mucho más. Uno de los libros más relevantes de la historia de la literatura infantil de nuestro país, cuyas ventas se cuentan por cientos de miles, está protagonizado por un fraile bonachón propietario de un burro y con la capacidad de comunicarse con una estatua de San Francisco. Y tiene un título que parece el nombre de un personaje de una sección de una revista de Bruguera, como sus otros personajes El pirata Garrapata o El vaquero Baldomero. 

Sin didactismo ni moralina

Me topé con esta portada por primera vez, con esa ilustración tan naif y su ahora legendario reborde naranja de la colección de El Barco de Vapor en un cumpleaños mío, quizás con ocho o nueve años. Lo que más recuerdo de las sensaciones que me produjo esa lectura fue la amabilidad. La ternura de su mirada. Todo en este libro era encantador, majo, simpático. Las aventuras de Fray Perico nos hablaban a nosotros directamente buscando entretenernos, asombrarnos. No eran didácticas ni tenían moralina escondidas en las mangas de los hábitos. Era una historia escrita por alguien que entendía a los niños y las niñas. Y los entendía muy bien (Juan Muñoz era maestro y rondaba los cincuenta cuando se popularizó su libro). Porque se popularizó. Vaya si se popularizó. 

Fray Perico se plantó en todas las casas y en todas las por entonces paupérrimas bibliotecas escolares y nunca se marchó. Estoy seguro que hay una copia de alguno de sus libros en todas las bibliotecas del país y en casi todas las casas, ya sea amarilleando en una balda en el trastero o rejuvenecida entre libros mucho más modernos y cool. 

Pionero de la literatura infantil en España

Los libros de Juan Muñoz tuvieron éxito en un momento en el que la idea de que los libros infantiles pudieran tener éxito no existía. Ahora nos acostumbramos a las hazañas superventas y a los récords y cifras de sagas galácticas como 'Los Futbolísimos' o 'Anna Kadabra' pero cuando 'Fray Perico' vendía cientos de miles de copias por todo el país no existían los 'best-sellers' de la literatura infantil en España. Prácticamente no existía la literatura infantil en España, al menos como la entendemos ahora.  

La sección de infantil de las librerías era una anécdota y yo ni las tenía en cuenta para conseguir mis lecturas. No me interesaba nada la literatura edificante y ejemplarizante, las versiones para más pequeños de libros “buenos de verdad” ni aburrimientos de ese estilo. No quería leer Anna Karenina o Miguel Strogoff versión 8 años, gracias. Prefería conseguir mis lecturas en los kioscos, donde iba a encontrar esos tebeos que sí estaban hechos para mi edad y que verdaderamente entendía y disfrutaba. Hasta que vino Fray Perico. 

La 'colección naranja'

Y no vino solo. Detrás de Perico, además de sus otros personajes, vinieron algunos de los libros de mi vida. El éxito del libro disparó la popularidad de la colección naranja y puso a la gente de mi generación en contacto con maravillas del calibre de las de Christine Nöstlinger, Fina Casalderrey , Agustín Fernández Paz, María Gripe, Laura Gallego o el legendario Pampinoplas. También animó al resto de editoriales a ponerse las pilas y fue el primer paso para llegar a la situación que vivimos ahora en la que la sección de infantil es siempre la más interesante –y bonita, y viva– de la librería. 

Juan Muñoz fue el profe genial que nos motivaba para leer para todo un país, ¿qué mayor logro puede haber para una vida?

Estos últimos años, como tanta gente, se convirtió en un tuitero activo. Para mí era un placer lee en su cuenta de cómo disfrutaba de los baños de amor que le llegaban a diario de sus miles de lectores agradecidos de todo el planeta. Como yo. Gracias por los personajes, gracias por los libros. 

Gracias por todo, maestro.