AL MARGEN

'Decision to leave'

La película es una lección magistral de cine en la que cada plano está milimétricamente estudiado, como si hubiese salido de un story board

Fotograma de la película 'Decision to leave'.

Fotograma de la película 'Decision to leave'. / CÓRDOBA

Lección magistral de cine. Cada plano está milimétricamente estudiado, como si hubiese salido de un story board donde, previamente, estuviera dibujada la triste y romántica historia a la que asistimos. El guion posee un aire de noir, donde no falta la femme fatale y el detective obsesionado con ella. Atmósferas grises, playas brumosas, noches en vela espiando y observando la vida ajena. Park Chan-wook (productor, guionista y director surcoreano que pasa por ser uno de los más aclamados en su país por cintas como Oldboy o La doncella) es el responsable de esta maravillosa película donde la investigación y sospecha del protagonista lo llevan demasiado lejos. Queda después de su visionado, incluso durante algunas secuencias, cierto regusto de melancolía, como ocurría en Deseando amar, de Wong Kar-Wai.

Estética de lujo para este thriller romántico, donde no solo policía y sospechosa quedan encadenados para siempre, también el espectador permanece atado a la butaca mientras dura este relato. Se inaugura cuando un empresario coreano, aficionado al montañismo y la escalada, cae desde la cumbre y las sospechas recaen sobre su joven esposa china. Lo primero que puede impactar durante la narración y puesta en imagen es alguno de los planos imposibles y subjetivos desde la mirada del fallecido. Poco a poco, este valiente cineasta nos introduce con pericia en la vida del detective, junto a su pareja, con quien mantiene una relación contradictoria, mientras queda deslumbrado por la presencia de la mujer que irrumpe como sospechosa y que marcará su futuro a partir de entonces, pese a que intente alejarse de ella y pida traslado. 

La película está claramente construida en base a dos grandes segmentos, donde el personaje de Park Hae-II descubrirá al de la subyugante Tang Way para, luego, reencontrarse y, finalmente, ofrecernos uno de los desenlaces más intrigantes y tristes que se puedan recordar. De ahí, el título, cuya traducción literal sería Decisión de irse. Lo único, creo, achacable sería la imposibilidad de escuchar las verdaderas voces de los intérpretes, pues el doblaje deja bastante que desear. Muy recomendable, pues, por su elegancia visual, musical y narrativa.

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