«‘El beso de la mujer araña’ plantea ser tú mismo, lo que todavía nos puede matar»

El actor protagoniza, junto a Ygor Yebra, la obra que llega mañana sábado al Teatro Góngora

El actor Eusebio Poncela.

El actor Eusebio Poncela. / CÓRDOBA

Si hay alguien que puede presumir de ser él mismo, es Eusebio Poncela, un actor que ahora llega a Córdoba con ese mensaje, el que encierra la obra El beso de la mujer araña, una adaptación del famoso texto de Manuel Puig dirigida por Carlota Ferrer, en la que comparte protagonismo con el bailarín y coreógrafo Ygor Yebra. Poncela se mete en la piel de Molina, un homosexual encarcelado durante la dictadura militar argentina por «encariñarse de un muchachito». Esta historia que retrata la batalla interna de los dos personajes protagonistas se podrá disfrutar mañana en el Teatro Góngora, a las 20.00 horas, avalada por el éxito cosechado por todo el país desde su estreno. 

¿Qué plantea ‘El beso de la mujer araña’? 

Después de hacerla tantas veces, creo que plantea el hecho de ser tú mismo, es lo que subyace en toda la obra. Lo que pasa es que ser uno mismo en ese momento te podía matar. Y aún todavía nos puede matar, no es que hayan cambiado tanto las cosas. Por otro lado, este montaje también es un canto a la libertad.  

Su personaje encierra a una mujer en un cuerpo de hombre acusado de corrupción de menores. ¿Cómo se ha enfrentado a él?

Con paciencia, humildad y con mucho miedo, porque es un personaje muy difícil. Cuando se ve, todo parece fluir, pero costó mucho trabajo. Lo cierto es que me lo pensé muchísimo antes de decidir hacer esta obra, porque para hacerlo bien tenía que enfrentarme a cosas de mí mismo, y a veces da pereza y miedo.  

¿Qué ha tenido que ver Carlota Ferrer en su participación en este montaje? ¿Qué le parece su adaptación? 

Carlota Ferrer es lo que me decidió a hacerla. Habíamos trabajado en Esto no es La casa de Bernarda Alba y nos comunicamos muy bien. Carlota estuvo por encima de Manuel Puig para tomar esta decisión y luego las cosas se fueron nivelando. Es una persona muy ambiciosa y férrea, además de tener talento para todo. Está aún más en forma que hace años, fulgurante. Aparte de que en este montaje hay momentos muy intensos y el ritual del teatro funciona, lo que no pasa siempre. En esta adaptación, la función la hacemos todos, el público y los actores. Y cuando veo la cara del publico al final estoy seguro de que todos han querido que a estos personajes les fuera bien, lo que ocurre es que no es posible.

«Ygor Yebra proyecta una gran naturalidad, es muy poco convencional, algo insólito»

undefined

undefined

¿Cómo está reaccionando el publico?

El público nos adora a Ygor y a mí. Es muy difícil llenar tres días el Teatro Arriaga de Bilbao y nosotros lo hemos hecho. Y lo que más me gusta es que, cuando cuento la película La mujer pantera, que Puig relaciona con la vida de esas dos personas, no solo se la cuento a mi compañero de celda, sino al público. Y a mí me encanta hablar con los espectadores para que lo entiendan. Si el teatro sirve para algo, es para que nos fomente a todos cierta claridad, lucidez y ganas de progresar en la vida. Y como tengo un morro que me lo piso, todo encaja perfectamente.  

Ya compartió escenario con Ygor Yebra en la obra ‘Esto no es La casa de Bernarda Alba’. ¿Qué aporta el bailarín en este montaje?

Ygor proyecta una gran naturalidad, es muy poco convencional, insólito. Es un bailarín fabuloso, con un cuerpo alucinante, un ser de otro planeta, pero cuando tiene que hacer su papel lo hace con un gran convencimiento. Es muy saludable verlo porque es muy natural y fresco. Y cuando empieza a bailar es un genio. La gente lo disfrutará porque es una joya.  

Desde la publicación de la novela en 1976 la manera de entender la homosexualidad y la transexualidad ha evolucionado mucho ¿Cómo ve la situación actual?

¡Uf! Yo vivo en un pueblo, no me entero de nada. Hace mucho que desconecté y me da igual cómo se ve la homosexualidad. Yo participé en la primera fiesta del Orgullo, cuando nos tiraron piedras, intervine en La ley del deseo... He hecho lo que he podido y estoy harto. Yo nunca fingí nada, y si estamos hablando de ser uno mismo, yo lo fui desde el minuto cero. Nunca he querido estar en la alfombra roja central, soy un marginal con carrera profesional, he hecho lo que me ha dado la gana, aunque todavía pienso si puedo ir por la calle dándome un morreo con un hombre sin que alguien me tire un ladrillo porque le ha molestado una actitud amorosa. Pero no me quiero meter en honduras, este país es muy retrógrado, muy antiguo y de peineta y mantilla, y ya estoy harto de este tema, y lo digo en esta obra. 

«Pensé mucho hacer ‘El beso de la mujer araña’ porque tenía que enfrentarme a mí mismo»

undefined

«Si todos los hombres fueran como las mujeres, no habría torturadores», dice en un momento del montaje. ¿Qué piensa usted?

Lo digo con todas las de la ley, con nobleza y claridad, pensando que es verdad. Yo me lo creo.  

También dice «un hombre que no tiene miedo de mostrar sus sentimientos me parece mucho más hombre que el que se empeña en esconderlos».

Así es. Yo lo tuve claro muy joven, cuando salí al ruedo a hacer cosas importantes, y nunca lo oculté porque yo no quería ser otra persona ni tener otra sexualidad. Yo quería ser yo. En un artista en cualquier disciplina su talento tiene que fluir con él mismo, no con una prima hermana de Zamora. Yo he sido listísimo con eso.

Siempre supo que quería ser actor. Desde que se iniciara en este oficio, ¿Qué balance hace de su carrera?

Me metieron en el teatro a los tres años para hacer abejorro y ahora tengo 77 y no sé qué balance hacer, todavía me queda mucho, estoy sanísimo.

¿Qué recuerda más, los éxitos o los fracasos?

Yo no recuerdo, yo vivo al día y tiro para adelante. Ser uno mismo es un trabajo a tiempo completo, es una misión que me impide recordar éxitos o fracasos. Yo tengo que pensar en qué pasa conmigo, qué soy yo y qué es lo que voy a hacer o lo que me interesa. 

¿Tiene otros proyectos o está pensando en abandonar?

Tengo salud, parezco el nieto de mí mismo. Pero no soy un actor que esté pendiente del teléfono, soy un marginal de verdad. Mi vida es mucho más importante que el teatro, pero no he pensado abandonar. Ahora estoy pensando en una película que me han ofrecido.

Estamos en época de premios cinematográficos, entre ellos los Goya. ¿Cómo ve la evolución del cine español desde que comenzara a ponerse ante la cámara?

No tengo ni idea, veo poco cine, ahora estoy leyendo. Los premios Goya me la sudan, no estoy en la labor de estar atento a eso.

Suscríbete para seguir leyendo