Los componentes de Medina Azahara esperaban esta actuación en el Festival de la Guitarra de Córdoba con tanta ilusión como su público, lo que se ha percibido en el ambiente creado la noche de este viernes en el Teatro de La Axerquía, un recinto en el que se han dado cita espectadores de todo tipo atraídos por la revisión de las canciones de Triana que ha hecho una de las bandas que mejor conocía al trío sevillano y que ha agrupado en su último disco, Llegó el día. Y nadie ha salido decepcionado a juzgar por los aplausos y los coros que han inundado toda la actuación, porque Manuel Martínez, con su clásica melena rubia, chaleco y pantalón de pitillo, Manuel Ibáñez y Paco Ventura han demostrado desde su particular sello que el espíritu y el legado de Triana siguen vivos, haciendo que una parte de la mejor música nacional renaciera de nuevo en vivo por una noche.
Canciones como Hijos del agobio, Una noche de amor desesperada, Abre la puerta o Tu frialdad, todo ello con un intachable directo, han hecho que este concierto, que ha contado en tres ocasiones con la colaboración de 20 componentes del coro Gospel Córdoba, quede para la historia de la ciudad. Móviles en alto, gente a la que ha resultado imposible mantenerse sentada en sus asientos y hasta lágrimas de emoción se mezclaban con una sola voz que en alguna ocasión ha desprendido un halo de nostalgia hacia Jesús de la Rosa, el músico que hizo del rock andaluz un emblema, un ejemplo y una tabla de salvación. No ha habido varias plataformas, como se pudo ver en el inicio de gira en el Teatro Nuevo Alcalá de Madrid, pero la puesta en escena ha sido igualmente impecable, a lo que ha ayudado un magnífico juego de luces.
Una de las partes más álgidas del concierto se ha dado con la interpretación de Llegó el día, la canción que da título al disco, y también ha habido un grito para la paz en estos tiempos de guerra. Pero un concierto de Medina Azahara no sería lo mismo si no se escucharan algunas de las emblemáticas canciones que la banda ha ido gestando a lo largo de más de 40 años de trayectoria. Y si el recuerdo a Triana ha entusiasmado al público, el ambiente se ha desbordado cuando han sonado Necesito respirar, Córdoba, en la que también se ha unido el coro de voces negras, o Paseando por la Mezquita. Una vez más, la incombustible banda ha demostrado que su valor más preciado es el directo, en esta ocasión con nuevas incorporaciones, como la guitarra flamenca de la joven cordobesa Yolanda Mozos, que ha sorprendido con su destreza, y la voz de July Abad
