La Asociación Andaluza de Escritores y Críticos Literarios (AAEC) ha galardonado a los autores andaluces Diego Vaya, Ángel Olgoso y Miguel Ángel Zapata con el vigésimo séptimo Premio Andalucía de la Crítica en las modalidades de poesía, relato y novela respectivamente.

La entrega de los premios, que cuentan con el patrocinio de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y de Fundación Unicaja entre otras instituciones, será en Granada durante septiembre de 2022, según ha informado la AAEC en una nota.

El Premio Andalucía de la Crítica de Poesía se ha otorgado a "Pulso Solar", de Diego Vaya, un poemario "arriesgado" donde "se sublima la cotidianeidad construyendo un mundo profundo donde se dan la mano lo onírico y lo luminoso, siempre en búsqueda de la identidad personal que busca trascender la realidad y encontrar el rastro de la esperanza que nos ata a la vida".

El poeta crea un universo propio donde "confluyen los más tensos interrogantes, aquellos que marcan la existencia, los que entiban el fulgor lumínico y poderoso de la poesía": el perdido mundo de la infancia, la dulce contienda del amor, el acoso de la soledad, la elegía del paso del tiempo o el abismo de la muerte.

Diego Vaya ha construido un libro donde los hechos cotidianos se subliman con un lenguaje preciso, sin exceso retórico, pero tintado de calidades que, actualmente, muy pocos poetas son capaces de concebir, ha destacado la AAEC.

El Premio Andalucía de la Crítica de Narrativa ha sido para la novela "Nos tragará el silencio", de Miguel Ángel Zapata, "una representación alegórica desarrollada a partir del posicionamiento rotundamente crítico" del autor "frente a la realidad contemporánea en la que se ejerce control sobre la ciudadanía por las estructuras del poder del Estado".

Por otra parte, el Premio Andalucía de la Crítica de Relato se ha otorgado a "Devoraluces", cuyo autor es Ángel Olgoso, que "ha sido capaz de aprehender la esencia de la tradición del género utilizando la intertextualidad y, a la par, de reflexionar a propósito de la eterna lucha entre fantasía y realidad".

Se decidió otorgar en esta ocasión el Premio Ópera Prima a "Cesped seco", del autor jiennense Joaquín Fabrellas, atendiendo a que "las siete partes que componen la obra conforman un juego memorialístico de espejos deformantes donde se entremezclan realidad y ficción con una rara habilidad", según la AAEC.