El reconocido poeta y narrador ruteño; fundador y director de la revista y editorial Ánfora Nova, añade a su extensa bibliografía el poemario Medidas Cautelares, culmen de una trayectoria, que presentará en la Fundación Cajasol.

¿Qué evolución hay en ‘Medidas Cautelares’ desde su anterior obra, ‘Señales subjetivas’?

Los dos libros guardan algunas similitudes, como la estética formal, ya que ambos están elaborados con versos endecasílabos blancos, y su contenido eminentemente existencial. El poemario Medidas Cautelares presenta varias características que lo diferencian significativamente del anterior, como son su singularidad, su doble compromiso ético y estético, su tono filosófico, junto con su potente unidad temática y sentido metafórico.

¿Qué le ha llevado a vertebrar la obra sobre la temática jurídica?

El mundo del Derecho ha estado siempre estrechamente relacionado con la creación literaria; prueba de ello es la extensa nómina de escritores juristas de nuestro panorama literario actual y pasado. A esta circunstancia se une el hecho de que en mi propia casa tenemos un bufete jurídico que regenta mi esposa, abogada de profesión desde hace muchos años. Todas esas circunstancias han hecho que mi camino existencial tenga muchas concomitancias con el ámbito jurídico, donde tengo buenos amigos, algunos de ellos también escritores.

¿De qué necesidad vital o expresiva surge este poemario?

Desde que comencé a escribir, y más tarde a publicar, siempre concebí la escritura como el cumplimiento de un destino, de una vocación placentera que me ha procurado siempre muchas satisfacciones. Lógicamente, el proceso creativo que he ido desarrollando durante más de treinta años ha experimentado una evidente evolución, tanto en el contenido de los escritos como en la forma en los que se han ido presentando. Medidas Cautelares, como comentaba, está configurada íntegramente con versos endecasílabos blancos, en los que he encontrado el soporte formal adecuado a los ritmos y cadencias que más me gustan e interesan.

¿La madurez estética llega con una etapa personal tranquila?

Por lo general, la madurez estética se basa en la experiencia, en la autoexigencia y en las vivencias personales que van definiendo nuestra trayectoria vital y, evidentemente, en esta nueva obra se percibe esa evolución. Los años van afianzando nuestra capacidad reflexiva y ello se refleja también en nuestras creaciones.

¿Qué encuentra en esta nueva etapa creativa?

Creo que una mayor carga filosófica fundamentada en la introspección y en la reflexión profunda que atañe a nuestra condición humana, con sus triunfos y sus virtudes pero, también, con sus naufragios, sus debilidades y sus permanentes contradicciones.

¿En torno a qué corrientes y voces poéticas planean sus versos?

No me siento identificado con ninguna corriente poética en concreto, aunque cada poeta evoluciona a partir de un amplio recorrido de lecturas y creaciones propias que van conformando su trayectoria literaria y vital. Lo que verdaderamente cuenta en un autor que se precie es la singularidad de su discurso poético, supeditado a la confluencia de un conjunto de factores, endógenos y exógenos, que puedan ser capaces de configurar su propia personalidad creativa. En este sentido, las voces poéticas por las que he sentido siempre predilección son Juan Ramón Jiménez, Vicente Aleixandre, Cernuda, T. S. Eliott, Keats, Hörderlin, Cavafis, Borges, Claudio Rodríguez, Gil de Biedma, Pessoa, Philip Larkin o Benedetti.

¿Debe la poesía ser un medio para la reflexión?

A través de la reflexión e introspección interior el poeta escribe no sólo para su disfrute personal, sino también para que se lean sus creaciones. Para mí, la poesía es una necesidad vital. Me gusta leer y escribir poesía. Me apasiona degustarla y disfrutarla con fruición, porque la poesía constituye un vehículo de expresión o comunicación con el que intento transmitir emociones, reflexiones, belleza y creatividad a través del lenguaje y la palabra. Y todo ello me hace inmensamente feliz.

¿Cómo deberíamos aplicar las ‘Medidas cautelares’?

Tanto en la literatura, como en la vida, caben los compromisos con la paz, la libertad, los Derechos Humanos, la ecología, la solidaridad y, por supuesto, la justicia y los valores morales. De aquí el compromiso ético y estético de Medidas Cautelares.