Entre la ilusión de un nuevo disco y el llanto por la reciente pérdida de un hijo, Manuel Martínez, líder de la emblemática banda cordobesa Medina Azahara, habla de la música como terapia y de las canciones que nunca serán cuando la muerte arrebata la vida de jóvenes músicos como Manuel Ángel Mart y Jesús de la Rosa, compositor del mítico grupo Triana, a quien ahora rinden homenaje Martínez, Paco Ventura y Manuel Ibáñez con el disco Llegó el día, que salió a la venta el pasado viernes. En este nuevo trabajo, los Stones españoles, no en vano llevan más de 40 años sobre los escenarios, interpretan grandes éxitos del legendario grupo sevillano que pasearán en una ambiciosa gira que ya tiene cuatro importantes fechas, a la espera de la de Córdoba, la ciudad «madre» que siempre ha inspirado su música.

Cuarenta años sobre los escenarios dan para mucho. ¿Los volvería a vivir?

Por supuesto que sí. Y con la misma intensidad, con lo bueno y con lo malo, aunque ha pesado más lo bueno. El balance de estos ya casi 41 años de carrera es maravillosamente positivo.

¿Imaginaba que a estas alturas de su vida seguiría sobre las tablas jaleado por miles de seguidores a lo Mike Jagger?

La imaginación vuela muy alto y ese es siempre un sueño. Cuando comenzamos como banda queríamos ser un grupo que no tuviese un tiempo limitado, queríamos parecernos a los Rolling y ahora nos llaman los Stones españoles. Nunca quisimos ser un grupo de moda pasajera y hemos saltado todos los obstáculos siendo dignos y confiando en nosotros mismos, haciendo la música que queríamos hacer en cada momento, siempre con reminiscencias andaluzas y algunas veces salpicada por otro tipo de ritmos, como la música árabe, pero siempre bebiendo de las aguas del Sur. Hemos intentado ser nosotros mismos y disfrutar de lo que hacemos. Esa fue siempre nuestra intención.

¿Nunca han estado tentados de un cambio de estilo?

Ha habido alguna discográfica que nos lo insinuó en su día, sobre todo cuando llegó la gran movida madrileña, pero siempre hemos sido conscientes de que lo que nos gustaba hacer era esto y, pese a aquella mala racha, con todas las consecuencias seguimos componiendo para aquel cuarto disco de Caravana española. Y aquí seguimos.

«Triana nos dio la llave que abría la puerta para que los demás grupos entrásemos»

Ha perdido recientemente a su hijo Manuel Ángel, que siguió sus pasos artísticos. ¿Hasta qué punto es una terapia para usted seguir cantando? ¿Le hace bien?

Él era mucho mejor que yo y sé que le gustaría que yo siguiera haciendo música sobre los escenarios y ver que sigo adelante. Sabía que eso es lo que a mí me gusta, igual a él, porque es lo que siempre le inculqué, que fuese feliz con lo que hacía, que disfrutara de la música, de subirse a un escenario. Seguro que a él le encanta lo que estamos haciendo y lo estará disfrutando desde donde esté. Es lo más duro que me ha pasado en la vida y lo estoy superando refugiándome en la música, en este nuevo disco y en la alegría que nos dan los fans cuando nos subimos al escenario, que es algo impagable.

La incombustible Medina Azahara mira ahora hacia atrás para reencontrarse con Triana. ¿Qué cree que perdió la música el día que murió Jesús de la Rosa?

Se perdió a un gran compositor y a un enorme grupo. Jesús era un músico excelente y nos hubiera regalado muchos más himnos de los que ya hizo, canciones imprescindibles en la historia de la música de este país, canciones que nos dejaron para la eternidad. Y es verdad que hemos ido hacia atrás con este disco para que la llama del rock andaluz, de Triana, siga viva y que nadie crea que ha muerto. Lo que hemos hecho es reivindicar al grupo, rendir un homenaje a sus componentes y la gran apuesta que hicieron por la música del sur, que otros grupos seguimos. Y la gente lo está recibiendo muy bien.

Seguro que Manuel Ángel Mart se ha llevado con él algunas joyas musicales que también hemos perdido.

Seguro. Él tuvo la suerte de vivir una experiencia con su grupo e hicieron canciones inmensas que han quedado para la historia. Manuel ha dejado un disco grabado como Mart, sin Estirpe en este caso, y es un álbum precioso que va a dejar a la gente un buen recuerdo y un buen legado. Para mí, una de las mejores canciones que hizo Estirpe fue De guitarra y flor dedicada a Córdoba, y es un tema en el que yo tuve el placer de participar. La verdad es que han hecho obras maravillosas.

«Mi hijo era mucho mejor que yo y sé que le gustaría que yo siguiera sobre los escenarios»

¿Ha pensado organizar un homenaje en su honor?

Se me pasa por la cabeza todos los días, pero no lo haré, y no por ganas. Creo que habría mucha gente que pensaría que lo haría para aprovecharme de las circunstancias. Ojalá esa iniciativa se le ocurra a alguien.

¿Por qué ahora este disco en homenaje a la banda sevillana? ¿Llegó el día?

Así es. Y lo hemos hecho dándole a esas canciones una versión muy personal, pero sin variar demasiado lo que ellos hicieron.

¿Ha sido difícil la selección de estas diez canciones?

No. Más o menos las teníamos en la mente, sabíamos lo que queríamos hacer y para la selección en lo que nos basamos fue en que, primero, fueran queridas y conocidas para el público; y segundo, que tuvieran una musicalidad muy Medina Azahara, con nuestro espíritu. Son canciones con las que nosotros nos sentimos cómodos al interpretarlas.

¿Qué significó Triana para Medina Azahara?

Tanto a Medina Azahara como a otros tantos grupos, Triana nos dio la llave que abría la puerta para que los demás entrásemos. Había muchos grupos en aquella época, pero hasta que llegaron ellos no hubo nada bueno y comercial para que la gente lo tomase como un grupo y un estilo serio. Costó dos años, pero a partir de ahí todo fueron éxitos hasta su desaparición. Nos abrió las puertas a Alameda, a Guadalquivir, a Mezquita… a todos los que estábamos luchando por hacer algo distinto.

«Córdoba es nuestra mayor influencia musical, de donde salen nuestras canciones»

¿Cómo anda de salud el rock andaluz?

Yo creo que muy bien. Hay muchos chicos que está haciendo cosas distintas, pero con esas raíces. Y nosotros estamos gira tras gira, tocando sin parar, excepto en la pandemia, claro, y siempre con bastante éxito.

Gracias a este disco muchos jóvenes conocerán a este mítico grupo. ¿Tiene esperanza de que les llegue?

Creo que sí. Una buena canción es recogida por todo el mundo, solo hay que ponerla sobre la mesa para que la escuchen. Ojalá que nuestro disco suene en muchas emisoras y la gente lo pueda percibir, y estoy seguro de lo van a acoger con mucho cariño.

Les espera una larga gira. ¿Han preparado un espectáculo especial?

Sí, estamos preparando un show totalmente renovado. Se introducirán detalles como guitarras flamencas, acústicas, palmas, cajones o baile. Hay un gran equipo detrás y una tremenda puesta en escena. Es un espectáculo muy ambicioso.

En la gira no aparece Córdoba todavía. ¿Está en la ruta?

Por supuesto. Estamos pendientes de cerrar una actuación en Córdoba, aunque no sabemos ni la fecha ni el lugar, pero creo que puede ser en La Axerquía. Por ahora tenemos cerradas cuatro fechas. El 18 de febrero, en el Gran Teatro Falla de Cádiz; el 11 de febrero, en el Fibes de Sevilla; el 3 de marzo, en el Palau de la Música de Barcelona y el 13 de marzo, en el Wizink Center de Madrid.

«El secreto de la banda es ser honestos con lo que hacemos, eso le llega a la gente»

Medina Azahara ha tenido diferentes formaciones con usted siempre al frente. ¿Ha ido quedando el poso de los componentes que han pasado por la banda?

Todos los músicos que han pasado por la banda han dejado su granito de arena. Cada uno ha aportado lo que ha deseado en cada momento. Siempre hemos intentado que el que llegara nuevo fuera mejor que el que se fue, aunque a veces ha sido difícil sustituir a una persona que ha estado mucho tiempo en el grupo, pero las apuestas siempre han sido muy positivas. Aunque siempre queda el recuerdo de los compañeros que se fueron y aportaron su talento para que Medina Azahara sea lo que es.

¿Cuál es el secreto para mantener un grupo durante tanto tiempo?

Yo diría que el secreto es ser honestos con lo que hacemos, saber que lo que haces es lo que quieres y no es fingido, y eso llega a la gente, que siempre se vuelca en nuestros conciertos. Yo creo que esa es la clave. Y también cuidarse y hacer deporte para estar en forma y aguantar nuestras largas giras.

Igual que el yacimiento cordobés del que cogieron el nombre, ¿la banda nos deparará aún sorpresas?

Sí, hay Medina Azahara para rato. Tenemos una salud renovada cada día y tratamos de que la música sea lo que nos lleve cada segundo, y ese el mayor tesoro de Manuel Ibáñez, Paco Ventura y mío, además de seguir siendo los mismos de siempre, los chavalitos del barrio que éramos.

¿Qué significa Córdoba para Medina Azahara?

Es nuestra madre. De Córdoba salimos hacia al mundo. Hemos viajado mucho, pero siempre regresamos a esta tierra, que es nuestra mayor influencia musical, de la que salen nuestras canciones. Córdoba es todo.