El periodista y escritor Francisco Bocero de la Rosa presenta su segunda novela, que bajo el título El último sueño del Rey llega a las librerías de la mano de la editorial Almuzara. Con este trabajo, resultado de un apasionante trabajo de investigación en archivos y bibliotecas, Bocero vuelve a centrarse en la novela histórica para desarrollar su faceta narrativa. En El último sueño del Rey, relata una historia que arranca en otoño del año 1758 cuando Fernando VI, con fuertes síntomas de una enfermedad mental, se aloja en el viejo pabellón de caza de Villaviciosa de Odón tras la muerte de Bárbara de Braganza, su esposa.

-¿Cómo nació la idea de escribir un libro con Fernando VI como protagonista?

-Yo conocía el personaje, pero lo que desconocía era la vida y algunos detalles de él. Me gusta la historia y descubrí un personaje complejo que a sí mismo se consideraba una persona normal, consciente de sus limitaciones, que no estaba destinado a reinar, que se cría sin su madre, que convive con el desprecio de su madrastra, que crece solo y es obligado a casarse con alguien que no conoce. La cuestión es que a pesar de todo eso, el país prosperó durante su reinado, sentó las bases para el reinado de Carlos III y se enamoró de Bárbara de Braganza -una de las reinas más cultas de Europa-. Su historia es muy corta porque al morir la reina en Aranjuez de un cáncer de útero, Fernando VI es trasladado a Villaviciosa de Odón con señales de la enfermedad mental de su padre.

-¿Cree que la muerte de Bárbara de Braganza fue el desencadenante total de la enfermedad de Fernando VI?

-Antes ya había tenido episodios, pero más o menos los iban soportando porque ella era su mayor apoyo, su sustento, especialmente cuando atraviesa los momentos más difíciles antes de su muerte. Varios hechos de índole político llevaron al monarca a retraerse y ha empezar a sentirse solo. No obstante, la muerte de Bárbara fue un golpe terrible para él y, aunque curiosamente en el momento lo afronta con gran fortaleza, vemos como tras ser confinado en Villaviciosa de Odón se empieza ha producir un desgaste en él que lo lleva a sumirse plenamente en la enfermedad.

-Al final de su libro hay una lista con las canciones que acompañan cada capítulo, confieso haber buscado la lista en Spotify. ¿La ha creado usted?

-Sí, la hice yo. Este proyecto lo he desarrollado desde el disfrute. Me ha costado mucho tiempo y la música ha tenido un papel fundamental. Adoro la música, el rock y Led Zeppeling aunque en esta ocasión me he decantado por la música barroca. Cuando uno escribe visualiza, huele, pone los sentidos. Cuando escribía lo primero que pensaba era en la música porque empecé a descubrir cuestiones de la historia especialmente vinculadas a ella que me permitieron darle otra dimensión al relato, me iba marcando y abriendo nuevos caminos. Por ejemplo, fue especialmente curioso para mí descubrir que para tratar de curar a Felipe V (padre de Fernando VI), Isabel de Farnesio trajo a Farinelli de Londres para que le cantara al rey para calmarlo. En el libro he utilizado a Bach y a Vivaldi, entre otros y he intentado que cada capítulo tenga una vida propia.

-¿Le está cogiendo gusto a escribir novelas históricas? ¿Ya ha empezado la siguiente?

-Efectivamente, ya he empezado la tercera novela y la tengo avanzada. La historia se puede contar en el ahora o en escenarios distintos, basta que el personaje que has escogido creas que puedes sacarle partido. Muchos de los ortodoxos de la Historia critican que a veces uno se tome ciertas licencias, olvidando que es novela. Una cosa es que uno sea realista y fiel a la época donde se desarrolla la historia y otra es que un no pueda dar rienda a la creatividad. No toda la Historia tiene interés, ni todas las historias interesan por lo que es común terminar fabulando. Se trata de encontrar el equilibrio.

-¿Y cuál es la Historia que a usted le interesa?

-En la que te encuentras escenarios que se pueden trasladar al hoy. Es una cuestión de conexión con el ahora, de identificar sentimientos y vivencias en los personajes que te hagan sentirte identificado como el amor, la soledad. Yo elijo que sea Fernando VI, pero podría ser cualquiera

-La muerte, la salud mental, la enfermedad resuenan demasiado en el momento que estamos viviendo.

-Desde luego que es un buen momento para sentirse identificado con el libro. En él se reconocen a las personas mayores y su sufrimiento, las rupturas, la economía.

-La historia se desarrolla un momento bastante desconocido para el gran público. ¿Cree que hay carencias en cuanto a cómo se hace llegar la Historia?

-La gente se interesa poco por la Historia y está relacionado con que la educación tanto en las casas como en los centros educativos está yendo en otras direcciones. De cualquier forma, el interés por la Historia es algo que tienen que ayudar a que se despierte. Estamos rodeados de dispositivos que nos permiten aprender viendo y escuchando, pero leer, no se lee lo suficiente. Además, en España estamos volcados con la Historia a corto plazo, no solemos ver más allá del siglo XX. El siglo XVIII es un siglo, sin embargo, muy importante en Europa y determinante para la configuración de España y occidente tal y como lo conocemos.