Obra: Trigo Sucio

Autor: David Mamet

Versión: Bernabé Rico

Reparto: Nacho Novo, Eva Isanta, Norma Ruiz y Fernando Ramallo

Escenografía: Curt Allen Wilmer

Dirección: Juan Carlos Rubio

Lugar: Gran Teatro de Córdoba, 31/01/2020.

Hemos asistido en el Gran Teatro de Córdoba a la puesta en escena de la obra original del autor estadounidense David Mamet, Trigo sucio. En España la vemos recién salida de los escenarios del West End londinense ya que es el primer país en acoger este texto. Todo un acierto.

Gira alrededor de una historia real: el escándalo en que se vio envuelto Harvey Weinstein tras ser denunciado por acoso sexual. En este caso el protagonista toma el nombre del productor Barney Fein en la ficción. Una ficción que refleja una realidad palpable en nuestra sociedad que Trigo sucio muestra sin ningún tipo de cortapisas.

Bernabé Rico presenta un texto inteligible, que no da tiempo al aburrimiento, totalmente hilvanado para que no se escape ningún detalle de lo que se desarrolla en el escenario. En lo que se refiere al cómo se logra esto, hay que felicitar a Juan Carlos Rubio que utiliza en su provecho la magnífica escenografía de Allen Wilmer, para dirigir con mano firme a los actores sin dejar grietas ni resquicios, imprimiendo un ritmo muy ágil al texto, modulándolo sin aspavientos en su justa medida, para sacar esta historia de un contexto que pudiera resultar pobre convirtiéndola en una magnífica comedia llena de sarcasmo en la que, si la ansiedad se convierte en llanto, aquí la risa es una liberación. Juan Carlos juega con sabiduría las entradas y salidas, y emplea todo el especio escénico a favor de la muy buena puesta en escena.

El público disfruta porque debe enfrentarse a una situación real, que se da en la vida, y disfruta también porque los actores se dejan toda su capacidad interpretativa para mostrar ese mundo en el que el acoso sexual forma parte del abuso de poder. A pesar del distinto peso de los papeles, se percibe claramente la verdad y talento de todos los actores. Nacho Novo es el acosador repulsivo, grasiento y gordo (él mismo se define así) que sabe cómo moverse entre las cloacas con tanto buitre y conoce todo el manejo de este submundo hasta el punto de terminar la función diciendo que “al final todo volverá a ser lo mismo, no se acordarán de él porque estará flaco”. Así pues, magnífico Nacho en este personaje que pasa de todo y magníficas Eva y Norma en su réplica totalmente medida que aporta los condimentos a toda la historia. A pesar de lo pequeño de su papel, Fernando Ramallo cumple a la perfección.

Trigo sucio es una obra que gusta, que deja un buen sabor de boca y pide una sincera felicitación para su director y elenco.