Obras: 'Los Viajes de Gulliver' (Escenoteca), 'Un trocito de luna' (Sombrita Teatro), 'Cádiz en mi corazón' (Albanta Tatro), 'Me va gustando' (Marco V. y C. Brûlé), 'Madre Coraje' (Atalaya), 'El primer pobre de España' (Pepe Quero), 'Natta' (Teatro del Velador)

En el apartado dedicado al teatro infantil y familiar, la tercera jornada de la Feria de Teatro en el Sur trajo dos buenos espectáculos con propuestas distintas. Los Viajes de Gulliver , de Escenoteca, acerca al público a este personaje de Jonathan Swift a través de la tecnología de video para recrear las aventuras de Gulliver. Los distintos escenarios como Liliput y todos los demás los tenemos al alcance de los ojos a través de las imágenes montadas en una pantalla, en la que se mezclan lugares pregrabados con la actuación de los dos actores. El resultado es muy efectista al poder contemplar a los personajes en el salón de una casa o en un barco en alta mar.

A la Sombrita Teatro divierte al público familiar con Un trocito de luna , en el que el cuento va impregnado de una gran carga poética y hace que los pequeños se integren en la representación y alcancen a comprender la moraleja, que habla de solidaridad y sueños compartidos y de cómo los animales del bosque pueden llegar a tocar la luna a través de la colaboración. Estupendo espectáculo de sombras.

Cal y arena en la sesión de la tarde. Cádiz en mi corazón es un montaje al que, según mi criterio, le sobran minutos y le falta una cierta claridad en la exposición. Un trabajo actoral apreciable, pero en la obra, Dolores no sabe exactamente qué hará y el común de los espectadores, tampoco. Magnífico el trabajo de Marco Vargas y Chloé Brûlé en Me va gustando , acompañados en esta ocasión por Juan J. Amador y Fernando Mansilla. Un espectáculo de flamenco contemporáneo o, si ustedes quieren, de flamenco depurado hasta los límites de la danza, que raya a un nivel altísimo e incorpora de forma perfecta la voz a través de cante y un texto poético que puede parecer secundario, pero cobra protagonismo con Mansilla. Los bailarines despliegan un alarde de gestualidad a través de manos, pies, rostro, que traspasan los límites de la mera interpretación y arropan a los espectadores en un universo de sentimientos que surgen en cada paso de danza de cualquiera de los lenguajes que Marco y Chloé utilizan con sabiduría, técnica y, sobre todo, cariño.

DRAMA Y HUMOR En el Coliseo se citaron un autor, Bertolt Brecht; un texto, Madre Coraje ; y una compañía: Atalaya. Ricardo Iniesta sigue apostando por su estilo de dramaturgia al abordar este montaje. Cede el personaje central a Carmen Gallardo para que incorpore este nudo brechtiano y mima una puesta en escena con todos los elementos fundamentales para hacer una lectura propia del texto y aportar toda la profundidad que se va desgranando en los distintos personajes, que no son más que seres humanos que crecen ante los ojos del espectador y muestran el desgarro de esa mujer--madre que antepone lo que es vivir antes que amar, a pesar de que ame mucho.

Pepe Quero se presenta en esta ocasión como El primer pobre de España en un espectáculo en la calle. El humor de Pepe se convierte en sarcasmo al mostrar esta faceta del ser humano cada día más al uso: la del indigente sumido en la miseria que vive en un contenedor de basura, pero conserva su dignidad. Es este un personaje que ante el público se llena de humanidad y sarcasmo. En el fondo, ¿qué puede perder ya? Humor ácido de Pepe Quero que provoca de esta forma a quienes, simplemente, observan si hacer nada a este "pobre de España".

Para cerrar la noche Teatro del Velador presentó un magnífico espectáculo basado en el más puro mimo y clown con Manuel Solano y Eva Rubio, que dan vida a los personajes de Natta . Se trata de un espectáculo de Juan Dolores Caballero en el que el espectador entra en una vorágine de risas como respuesta lógica a todo lo que ocurre sobre el escenario. Situaciones disparatadas, en el límite de la transgresión, que utilizan de forma perfecta todos los recursos del género. Un espectáculo dentro de lo anormal del absurdo que levanta la carcajada del espectador, precisamente por la gran actuación de Eva Rubio y Manuel Solano, que deja al espectador con un excelente sabor de boca para meterse en la cama.