De semejante modo llamaban en su país -Sudáfrica- a la mítica cantante Miriam Makeba. Activista contra el 'apartheid', esta luchadora se refería en sus canciones --mezcla de jazz, protesta y folklore-- a la libertad, la justicia y el entendimiento de los pueblos. Un documental sobre su vida dirigido por Mika Kaurismaki inauguró hace seis días la primera edición del Festival de Cine Africano en nuestra ciudad, con una inicial enseñanza: que cantar hace feliz.

A través de casi un centenar de películas y un sin fin de inabarcables actividades, muchos hemos podido arrancar de nuestras cabezas las frecuentes guerras, las horribles hambrunas, las enfermedades como la malaria y el VIH o a los dictadores degenerados. Esos terribles conceptos con los que definimos el vecino continente como si no existiese nada más. Los hemos sustituido por historias concretas de antiguos yihadistas que quieren reintegrarse en la sociedad, por cómo un director ruandés quiere llevar a cabo su primera película o por cómo crecen las urbes africanas frente al cliché que poseemos del Africa rural. Algunos 'clásicos' del reciente cine africano, ya que la cuestión económica no ha permitido exhibir demasiados filmes inéditos, concentrados en Córdoba en un gran festival que acaba mañana. Esa riqueza hemos ganado.

Pero lo más increíble de este FCAT-Córdoba ha sido el guiño árabe a países no africanos como homenaje al pasado de Córdoba. La imprecisa y manida multiculturalidad hecha cine. La abstracción de esa palabra traída, por fin y en concreto, a la cultura cordobesa. Que el responsable haya sido un gobierno municipal del PP y ésta la primera acción cultural con su sello es un fabuloso oxímoron. Puede que por eso, o porque no ha habido ninguna procesión durante el Festival, no se le haya visto el pelo al alcalde --aunque tampoco apareció en La Guitarra ni casi en Cosmopoética-- o tal vez porque leyendo su decálogo 'Córdoba 10' no encontremos la palabra cultura por ningún lado. El caso es que me ha hecho feliz este festival. Así que desconcertada pero contenta, canto por la continuidad de Africa en Córdoba.