El 80º aniversario de García Márquez --"setenta y pico", dijo el escritor-- convirtió ayer la inauguración del Cuarto Congreso de la Lengua en un homenaje al novelista colombiano, que rompió una larga temporada de retiro para recibir en Cartagena de Indias, emocionado y con los brazos en alto, el homenaje de las letras hispánicas. En su día grande, el escritor resumió de este modo su vida: "Desde que tenía 17 meses, 17 años y hasta la mañana de hoy, no he hecho cosa distinta que levantarme temprano todos los días, sentarme ante el teclado para llenar una página en blanco o una pantalla vacía del computador con la misión de escribir una historia aún no contada por nadie que haga más feliz la vida a un lector inexistente".

UNA CONDICION Un lector, sin embargo, que se cuenta por millones. Y algunos más tras el lanzamiento, ayer, de la edición popular de Cien años de soledad , cuyo primer ejemplar recibió el escritor del director de la Real Academia, Víctor García de la Concha. Este recordó que, cuando le propuso el proyecto, García Márquez puso una condición, por dos veces: "Sí, pero yo a quien quiero ver es al Rey". La cita se produjo, y así la resumió el Nobel, según De la Concha: "Muy sencilla. Le dije: tú, Rey, lo que tienes que hacer es venir a Cartagena".

El director del Instituto Cervantes, César Antonio Molina, los escritores Tomás Eloy Martínez, Antonio Muñoz Molina y Carlos Fuentes, el expresidente colombiano Belisario Betancur y el director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, glosaron la vida de García Márquez. Y al Rey de España le correspondió felicitarle por "su 80 cumpleaños, el 25 aniversario de su premio Nobel y los 40 años de la publicación" de esta novela.

El escritor evitó la primera de estas cifras: prefirió hablar de sus "setenta y pico años". Pero Carlos Fuentes la elevó: "Hoy empiezan los próximos 100 años de Gabriel García Márquez, y empieza hoy también el primer día del próximo lector de Cien años de soledad", para el mexicano, "el Quijote americano". El acto comenzó demasiado pronto para el expresidente de EEUU Bill Clinton, que entró en la sala en mitad de la ceremonia.

El guarismo que complació a García Márquez es el millón de lectores más que puede tener. Una "locura" que no imaginó cuando escribió la obra en medio de las precariedades que ayer recordó, en "la soledad de mi cuarto con veintiocho letras del alfabeto y dos dedos como todo arsenal", aunque sí cuando ya ha alcanzado cincuenta millones de lectores. Por tanto, la cifra indica que "hay una cantidad enorme de personas dispuestas a leer historias en lengua castellana".