El VI Festival de Cine Español de Málaga se inauguraba el pasado 25 de abril con Tiempo de tormenta , la última película de Pedro Olea que ha sido estrenada simultáneamente en nuestra ciudad. Fondo y forma, contenidos y estética estudiados, con impecable precisión, Olea ha construido una película fundamental en su filmografía, sobre el proceso de ruptura en la pareja, sobre el desgarro, un contundente drama pasional que no sólo se caracteriza, como digo, por su elegante puesta en escena sino que, asímismo, traza una narrativa de excelente resultado, bastante mejor que el obtenido en alguna de sus obras precedentes, del mismo género, como la adaptación a la pantalla que realizó de la obra literaria de Antonio Gala Más allá del jardín . En este caso, el guión ha sido escrito a partir de un argumento de la novelista Alicia Giménez Bartlett, por los guionistas Miguel Angel Fernández y Joaquín Górriz con profesionalidad e ingenio, ya que se permiten ciertos ejercicios estilísticos que pretenden mantener al espectador interesado por dos historias paralelas de parejas que cruzan sus caminos, desde un principio realizando los juegos de prestidigitación necesarios como para que todo quede bien atado, con el suficiente interés como para no abandonar a este cuarteto de personajes, magníficamente elevados hasta la cumbre por una gran dirección de actores ejercida por Pedro Olea.

Y es que tengo que reconocer que, a partir de ahora, intérpretes tan emblemáticos del cine español como son Jorge Sanz, Maribel Verdú o María Barranco, tendrán para el que suscribe un más alto respeto y consideración, pues han demostrado dar un doble salto mortal en la interpretación, más allá del tipo en que habían sido encasillados, rescatando emociones de su interior, viajando entre cielos e infiernos. Y, frente a ellos, la representación de la frialdad en el rostro hierático del gran actor argentino Darío Grandinetti, poeta de la actuación.

Amores, desamores, adicciones y desenganches. Subidas y bajadas: Tiempo de tormenta .