SERES DE BAEL

Juan de Dios Torralbo

Juan de Dios Torralbo Caballero

Juan de Dios Torralbo Caballero / CÓRDOBA

Manuel Gahete

Manuel Gahete

En el no tan lejano universo de los mitos, porque su luz sigue alcanzando las sendas de las gentes, se afirma que los héroes, indefectiblemente, tienen que morir jóvenes, porque no podríamos imaginar viejos e inválidos, arrastrando sus huesos por las rojas arenas, a quienes enarbolan los carismas mejores, a aquellos que se muestran investidos por la humildad, el arrojo, la filantropía y el conocimiento. Esta razón tan lábil para endulzarnos los sentidos me lleva a aborrecer el fatal y efímero destino de los seres humanos, su necesario fin por el hecho crucial, y tantas veces tan injusto, de ser, de haber nacido. Juan de Dios Torralbo Caballero era un hombre al que adornaban todas las virtudes: inteligente, humilde, generoso, atento, fértil, siempre sonriente, leal amigo, docto y responsable, amante de su esposa y de sus hijos con los que compartía, feliz y ufano, los dones más amables de la vida. Y ya no está entre nosotros. No hay lágrimas para llenar tanto vacío ni palabras que puedan consolarnos.

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