Diario Córdoba

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ENSAYO

Cántico, una brillante pléyade poética

Carlos Clementson y Miguel Clementson recuperan la trayectoria de los poetas del grupo cordobés

Vicente Núñez, Miguel del Moral, Pablo García Baena, Mario López y Ginés Liébana. JOSÉ LUIS PICÓN / EFE

Quien aprecie los exponentes del genio del lugar, el que emerge cuando menos se espera, está de enhorabuena. El sello editorial de la Universidad de Córdoba nos entrega una edificante vía de acceso al Grupo Cántico, ese milagro, esa misteriosa y prístina simbiosis de religiosidad católica, hedonismo pagano, barroquismo andaluz y pasión vitalista. El lector que se haga con un ejemplar se lleva un tesoro. Descubrirá una obra que profundiza no sólo en la singularísima estética de Cántico, sino también en un papel histórico no menos inaudito. Un volumen, ricamente ilustrado, que transmite la vivencia literaria, propicia la intelección crítica y alimenta el alma con las frecuencias de onda de la afinidad espiritual y el conocimiento del terreno. La constelación de poetas y pintores cordobeses -Juan Bernier, Ricardo Molina, Pablo García Baena, Julio Aumente, Mario López, Ginés Liébana y Miguel del Moral como núcleo duro- que dio gloria a su entorno, otorgando una cima de originalidad y hambre de permanencia a la cultura española de su tiempo, queda aquí cartografiada, escrutada y realzada con el más apto instrumental.

No cabían glosadores y hermeneutas con mayor ‘auctoritas’. Carlos Clementson (Córdoba, 1944) es uno de los poetas más atractivos de su época. Un raro, un genuino, un contumaz enamorado de la inspiración y el ritmo, al que fascina la pintura. ‘Ut pictura poesis’. A él, como al conjunto de voces y talentos que recibe merecido culto en estas páginas, no le interesa desviarse del fuego primigenio. Lo suyo no es llevar la contraria, desmitificar a los grandes o rebajar con agua el vino, tal exigen las actuales modas oclocráticas. Sino celebrar los portentos y aquilatar su valía, con la rotundidad de un niño y la sagacidad de un experto. El poeta bárdico que encarna, de amplio aliento, generosidad envolvente y voz hímnica, impide que olvidemos lo enjundioso: que la poesía es verdad, belleza, emoción. Cuán cierto resulta ello en los conmovedores poemas que dedica a los hombres de Cántico, a quienes trató de cerca. Sus calas interpretativas están a ese nivel de inteligencia y empatía. Como crítico, no necesita ocultarse tras logorreas teóricas o erudiciones de pitiminí: describe lo que ve y nos lo torna apetecible.

Autor de una obra extensa que celebra vida y literatura con fulgor mediterráneo, Clementson es de esas personalidades líricas que invitan a visitar sus versos e instalarse en ellos, por gozar de su elocuencia y alegría. También es un crítico literario a la usanza del viejo Dr. Johnson. Un escoliasta acucioso, persuadido de que la literatura es un sistema de valores, saberes, vasos comunicantes y perspicacia para ‘connaisseurs’. De remate, es un traductor de poesía de corte renacentista, por los mundos que abarca en lo tocante a lenguas, registros, períodos, estilos y apego a la belleza. UcoPress ha recogido en su catálogo algunas más de sus proezas. Ahí están los dos tomos de su Pierre de Ronsard, casi mil páginas, publicados en 2017; o su Poesía francesa. Historia y antología de la Edad Media al siglo XX, otros dos tomos que sobrepasan las 1.200 páginas, de 2019. Aquí todo es a lo grande. Porque este mismo Carlos Clementson, en 1979, defendió una tesis doctoral sobre Cántico que superaba igualmente el millar de páginas, elaborada casi sin bibliografía -pues no la había-, escrita a mano con una caligrafía digna de Gian Francesco Poggio Bracciolini, el humanista que salvó a Lucrecio del olvido.

Miguel Clementson Lope (Córdoba, 1958) no le va a la zaga, tal vez por compartir una misma sangre enriquecida con ancestros ingleses y levantinos que surcaron mares, emprendieron aventuras y ejecutaron hazañas en parajes exóticos, por seguir su pulsión interior. Tienen hasta un familiar que marchó voluntario para unirse a las filas aliadas en la Segunda Guerra Mundial, donde perdió la vida. Para bien (y en otros ejemplos, sin duda, para menos bien), la genética no es baladí. Nos marca, nos determina, nos propulsa o limita, según el caso. Las realizaciones de Miguel Carlos Clementson como artista, crítico de arte, docente, comisario de exposiciones, fotógrafo y editor de libros acreditan una dilatada y solvente trayectoria, que compatibiliza con su desempeño como director de la Escuela de Arte Mateo Inurria. Ignoro por qué nuestra Universidad ha desaprovechado la oportunidad de hacerlo catedrático, siendo uno de nuestros especialistas más capaces. En este caso concreto, sus aportaciones al volumen completan decisivamente su eficacia y coronan su lustre. Así, disfrutamos no sólo de su vasta labor iconográfica a la hora de seleccionar el ingente acompañamiento de ilustraciones, sino de sus excelencias como historiador del arte. Puesto que los ensayos que consagra en el libro a la vertiente plástica de Cántico son tan esclarecedores como indispensables.

‘Cántico. Una brillante pléyade poética en la España de posguerra’

Autor: Carlos y Miguel Clementson

Editorial: UcoPress.

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