La vida empieza en el campo. Hace algún tiempo se descubrió la poesía rural, pero estaba por escribirse la bestialidad animal y humana que conllevan el trabajo y la lucha por la supervivencia. Animales de costumbres, poemario ganador del III Premio Juan Rejano-Puente Genil, es una poesía a contracorriente, de ritmo quebrado, que aúna o salta de una a otra temática como al vaivén del pensamiento y la mirada. «La hija mayor no trajo un pan bajo el brazo, pero un día llegó con un pichón colgando de la boca». Retrata la vida del campo y el habla del sur americano, en el que a veces reconocemos el argot y las construcciones orales argentinas. «Te como cruda decía mi madre». Modismos usados también en Andalucía, pues comer es el más grande acto de amor. O «Mi hija y yo ronronearíamos como las gatas madre e hija», restregándose las cabezas.

Mientras las ranas croan, las mujeres hablan, y hablan entre la cocina y el baño, los lugares de las mujeres. En la cotidianeidad, el recuerdo y la reflexión discurren los versos, sin apenas puntuación. Los animales domésticos meten la cabeza entre las patas para defenderse de los pumas que acechan y, si la hija se despierta en la noche, la madre la tranquiliza, «Acá está mamá», mamá hablando en tercera persona. Porque los humanos no podríamos tener vida sin dormir, mientras «el sueño de los animales es liviano, como la pelusa blanca de los álamos que parece nieve en primavera.»

«Olvidar la tortuga boca arriba toda la noche, fue mi primera traición». Es el remorder de la conciencia por la tortuga panza arriba, expuesta su carne al peligro. Carne, sangre, comida, asechanzas, placer, miedo, son presencia y palabra a lo largo del libro.

«¿Temblará la gansa aturdida cabeza abajo entre las piernas de quien le arranca las plumas por el frío?». Fabricar un relleno de plumas con el animal en vivo y en caliente, porque el frío acucia y ese es el camino más rápido y cercano.

«Ir con mi padre a pescar era estar en silencio sospechando el tirón de las profundidades. Respirar hondo cuando metía los dedos en las agallas del pez y con un ruido seco lo convertía en pescado». El padre ejecuta la extrema barbarie, porque se vio a sí mismo abocado a ejercerla, en su tradición viril. Así se va enhebrando el cada día de los animales, animales verdaderos junto a los humanos, que tantas veces imitan semejante comportamiento. Por eso un día la hija se atreve con la gran pregunta: «¿Cómo se hace para jugar a la mariposa y el cazador sin ser el cazador ni la mariposa?». Terrible pregunta, sin respuesta posible.

Y están las supersticiones, ancestrales creencias que la voz poética rememora: «La torcaza no hay que mirarla o abandonará al pichón. Un orzuelo en el ojo denunciaba haber mirado lo que no se puede». A través de las paredes crecía el murmullo de mujeres que rezaban; «una hoja de ruda restregada curaba la infección». O «En la casa donde crecí no se barría de noche para no barrer la suerte».

Cercana esta poesía al realismo mágico tanto como al tratamiento fílmico del relato y su expresión, en algo que recuerda a la novela La familia de Pascual Duarte, de Camilo José Cela y a la posterior película: «Tengo muertas en el corazón, hierven cáscara de cacao en la cocina de una casa pelada por el tiempo».

En el aire, la mirada hacia la intimidad de las niñas-mujeres, ese recelo con que se vela por la pureza o la valiosa virginidad: «La hora mala llamaba la abuela a esta en la que las nenas se ponen la malla». Es el comienzo de la pubertad, de la juventud y el despertar del cuerpo, que hay que mantener a raya para que no se desmande.

Pero el perro no sabe de moralidad, escarba y escarba, y puede que abrace lo que encuentra, como un tesoro: «El perro desentierra un hueso y lo lleva como un don».

La madre entierra al gato en una maceta, y allí echa raíces y florece: misterio y naturaleza, su continuo renacer en el dolor y a pesar de la bestialidad. Hasta los árboles, que transforman el viento en sonido, llegan músicas en el corazón de los peligros.

‘Animales de costumbres’

Autor: Andrea López Kosak. 

Editorial: Pre-Textos. Valencia, 2021.