Carmen de Burgos adoptó el seudónimo de Colombine, tuvo una vida fascinante, y simboliza el progreso, la modernidad y la justicia que alentó la corriente del Regeneracionismo que alcanzó un momento de esplendor durante el primer tercio del siglo XX. Llegó a Madrid en 1901, inició una carrera literaria y periodística de éxito: se convirtió en la primera mujer redactora de El Diario Universal, y la primera corresponsal de guerra en Heraldo de Madrid. Culta, viajó incansablemente por Europa y residió temporadas en Portugal; de su amplio legado, casi dos centenares de títulos, sobresalen novelas largas y cortas, ensayos, biografías, libros de viajes, estudios literarios, traducciones, y cientos de artículos publicados en la prensa española y extranjera. Carmen de Burgos, una de las primeras firmas de El Cuento Semanal, que Eduardo Zamacois fundó en 1907, superó en cincuenta el número de sus novelas breves, y publicó El tesoro del castillo (1907). Sus temas se apoyan en tesis morales, sociales o jurídicas, denuncia la quiebra y defectos del hombre cuando impide la voluntad de ajenos para vivir al amparo de su propia moral. En otras novelas, El último contrabandista (1918), expone las diferencias sociales ante la ley; El retorno (1922) el caso de un espiritismo basado en hechos reales pero ultrajado por una burguesía que busca su diversión. Su compromiso feminista, La hora del amor (1916), La rampa (1917), La malcasada (1925) y Quiero vivir mi vida (1931), con prólogo de Gregorio Marañón, describe la sorpresa, el desengaño, el dolor y el asco de una bella mujer, de carácter dominante, ante un marido sin delicadeza y tacto para convivir en pareja.

El último contrabandista (1918) forma parte del ciclo de Rodalquilar, novelas largas y relatos ambientados en esa comarca de la costa de Almería. Es un relato coral sin un protagonista principal; protagonizada por una forma de vida ya desaparecida, esa sociedad rural tradicional en una zona deprimida económicamente y dominada por costumbres atávicas. Resulta especial la descripción de elementos casi etnográficos, con numerosas celebraciones festivas (San Antonio, Ánimas, Semana Santa, carnaval) o fiestas y bailes populares del Cabo de Gata. Varios protagonistas son retratados de forma trágica, don Antonio, capo de los contrabandistas, mujeriego, inteligente y precavido de gran prestigio y poder entre sus conciudadanos. Otros subalternos en sus actividades delictivas, familiares, amantes, agentes de la ley y una variopinta muestra de los habitantes de estas tierras marginales. Las acciones de estas gentes están gobernadas por pasiones humanas poderosas, irracionales: las relaciones amorosas, los celos, la avaricia y la venganza. La obra finaliza con el asesinato de don Antonio por venganza, justo cuando realizaba su último golpe antes de abandonar el contrabando y trasladarse a vivir a la capital. Es posible advertir el fatalismo y la violencia en algunos pasajes que prefiguran aspectos del drama lorquiano.

‘El último contrabandista’

Autora: Carmen de Burgos.

Editorial: Cuadernos del Vigía.

Granada, 2020.