‘La mujer geométrica’. Autor: Vicente Marco. Editorial: Almuzara. Córdoba, 2019.

Novela de ritmo intenso y vertiginoso. Ya desde el primer párrafo un mensaje de wasap rompe el mundo de felicidad, aparentemente sólido, que se había forjado la protagonista. Todo es inconsistente y frágil incluso a sus cincuenta años. Su estabilidad económica y familiar se derrumba en segundos con el sonido de dos bits y la pantalla iluminada del móvil de su hijo, donde descubre que mantiene una tórrida relación sexual con una mujer treinta años mayor que él. Intentar descubrir quién es esa mujer arranca todo el hilo narrativo. Sara es ahora como un nuevo Edipo que investiga desde la superioridad de su maternidad militante y quiere conocer a quién ha enamorado a su hijo. Su obligación será proteger a su vástago, aún inocente e inexperto, de las garras del sexo y la obsesión. Y será ella, la mujer madura y experta, la que, investigando el lugar de donde partió el wasap, se enamorará perdidamente de Rodri, seductor, diez años más joven que ella, un hombre que la impresiona desde el principio y al que desea con una pulsión sexual desaforada. «De regreso, me deleité con el hermoso potencial de la libertad recién estrenada. No se trataba solo de Rodri, él solo constituía una parte de aquel mundo mágico. El resto provenía de mí. Del nuevo modo con que afrontaba la vida» (pág. 37).

Diálogos vibrantes, rápidos, con gran introspección, con hondura psicológica y muy veraces nos introducen abruptamente en esa transformación que sufre Sara. Ya no le importa el hijo ni el marido, el dinero ni la estabilidad. Se ha asomado a otro mundo que desconocía y que la seduce. Se enamora perdidamente de Rodri y sufre una metamorfosis que le hace romper con toda su vida anterior.

Vicente Marco (Valencia 1966) ha publicado ensayo, cuento, novela y drama. Ha recibido numerosos premios de teatro y novela. Ahora, en La mujer geométrica reúne sus mejores virtudes como escritor: estilo directo, original, sorprendente, donde se mezcla el thriller de suspense con la novela negra, erótica y psicológica. El autor consigue pegar al lector a sus páginas con giros sorprendentes y una trama envolvente que seduce por el ritmo y los diálogos vertiginosos pero también por una hondura psicológica que hace muy verosímiles a los personajes. Sara es una mujer de cincuenta años que descubre la pasión de una forma abrupta y radical. Sus pensamientos, los diálogos, sus dudas y certezas son los de una mujer de carne y hueso y esa hondura psicológica del personaje consigue llenar y dar más empuje a la trama. La personalidad arrolladora de Rodri arrasará la tranquilidad y la serenidad que Sara había ganado con el paso de los años. Esa estabilidad aparece truncada violentamente por una pasión desorbitada que la arrastra con la fuerza de un fatum inapelable, como si Sara fuera la marioneta de ese destino infalible e inexorable que ahora la zarandea a su antojo: «La respuesta me llegaba con retraso: las personas interpretamos las consignas de una trama que no conocemos» (pág. 216). Un vuelco inesperado lo cambia todo. Y la protagonista se ve, ahora sin remedio, encerrada en una espiral peligrosa y sórdida que supondrá la destrucción y voladura incontrolada de todo su universo vital. La muerte del marido, el alejamiento del hijo, y el amante, que ahora la atenaza y no la deja salir de ese carrusel sexual en que se ha convertido su vida, la llevarán a un descenso a los infiernos que la consumirá sin remedio. Desesperada, tendrá que tomar la decisión más trascendental de su vida, como Edipo, en trágico vaivén, o como un personaje de Dante que ha comenzado su descenso a los infiernos. Los acontecimientos se dispararán como un torbellino para no dar al lector una tregua: no podrá abandonar la novela hasta leer la última línea.