Francisco Ruiz Noguera se aleja de su intimidad para abismarnos en la capacidad teleológica del pensamiento a través del mito platónico de la caverna y el sol; el proceso del conocimiento por el que estamos limitados, siendo los objetos sensibles representaciones de la realidad que nunca llegamos a comprehender. La verdad queda matizada, difuminada en las sombras, como mera proyección de lo que solo es perceptible como reflejo, a veces fatuo, a veces disruptivo; proyección de una realidad más profunda que nos adviene o no a través de apariencias sensibles. Solo el sol, metáfora del bien, libera al hombre de su ofuscación, de su ignorancia; y solo a través de la luz el alma logra su ascensión y libertad definitivas, remitiéndonos sin ambages a la noche oscura del alma sanjuanista. Libro de agonía y celebraciones, con un lancinante rictus de ironía capaz de hacernos caer de todos los pedestales.