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Algo más que niebla

Lo que a veces esperamos de un texto no se corresponde con esa motivación inicial, puede ir más allá, sorprendernos por algún flanco inesperado. Bajo el tono prosaico --pero sin perder la esencia de lo poético-- Luis Chaves va construyendo, con el paso de los años y los libros, una secuencia equilibrada de lo poético, de lo que desde su sencillez cotidiana adquiere, bajo esa mirada intuitiva y precisa, una dimensión mayor, distinta. Para ello pone en boga un tono asequible, que entra fácil, que conquista en silencio, bajo la espesura de la niebla, dejando rastros más que visibles de preferencias, gustos, y autores en los que bebe.

Qué importa la etiqueta, el género sin definir, cuando se juega con la imagen, se la proyecta y regresa enriquecida, que importa si aún es joven y puede parecer pronto para este tipo de recopilaciones, cuando se tiene algo interesante que mostrar. En aparente sencillez nos encontramos poemas con una gran carga emocional, de los que tensan la cuerda a cada momento. Desenvolverse en medio de esa sencillez aplastante no resulta fácil, y siempre habrá momentos más culminantes que otros, pero si esa sencillez roza lo exageradamente diáfano, como si no hubiera nada detrás, no hay que llevarse a engaños, no significa una pérdida de lo poético, sino hay que mirar lo que hay detrás, ese sello de lo fílmico, de jugar con situaciones y personajes para, en situaciones cotidianas --que le imprimen un punto de trascendencia--, lograr una visualización en los planos narrativos original y poco frecuente.

Lo frugal o intrascendente acaba adquiriendo un valor simbólico en toda la obra de Luis Chaves. Y esa simbología, que a veces parte de lo individual, del detalle, llega a hacernos cómplices de situaciones en las que tal vez podemos encontrar algún reflejo, pero que desde luego tienen mucho más que ofrecer de lo que pueda parecer en un primer momento.

Chaves huye de lo estéticamente vistoso, de lo fácil, lo recurrente, y aboga por el humor fino, con una dosis equilibrada de ironía, todo ello confiere al texto un sello un tanto particular. El itinerario nos muestra distintos trabajos de esta autor, distintos contenidos, pero una perspectiva muy similar en la forma de enfocar el hecho poético, esa chispa que a veces salta al final del poema, otras no, pero que adquiere distintas formas, unas más comedidas ("por toda la casa me siguen / mi hija, la gata y la perra. / Son mi sombra buena") y otras más rotundas y contundentes: "un niño que sueña con la muerte. / es el hombre que habla solo / y no se contesta".

Una poesía de una actualidad rabiosa, que también conjuga sus guiños hacia la tradición, y que entra bien, fácil, por el lenguaje, por el tono usado, pero que luego tras ese contacto inicial exige cierta entrega al lector.

'La máquina de hacer niebla'. Autor: Luis Chaves. Edita: La isla de Siltolá. Sevilla, 2012

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