LOS EMPRESARIOS DEL CENTRO

Apoyo a la cultura

La Librería Luque ha acompañado a los cordobeses durante más de un siglo, convertida en un referente cultural

Javier Luque, Esther Romero y Andrés Alonso conducen en la actualidad la  Luque, como la llaman en confianza los cordobeses. | FRANCISCO GONZÁLEZ

Javier Luque, Esther Romero y Andrés Alonso conducen en la actualidad la Luque, como la llaman en confianza los cordobeses. | FRANCISCO GONZÁLEZ / LUCÍA ABAD

Javier Luque, el único descendiente de los fundadores de la Librería Luque que aún se mantiene en el negocio, tiene que echar la cuenta para calcular cuántos años cumplirá la histórica librería. Serán 104 el próximo 15 de marzo. Más de un siglo acompañando a los cordobeses, ofreciéndoles cultura, fomentando el pensamiento y las ideas, abriéndoles las puertas de mundos infinitos a través de los libros que han atestado sus estanterías, primero, en un pequeño localcito, poco más que un quiosco, en la calle La Plata, en donde su abuelo Rogelio, procedente de Priego de Córdoba, comenzó la andadura de la que se declara «la única librería generalista o de fondo e independiente de Córdoba».

Solo cuatro años después, en 1923, el negocio se trasladó a la calle Diego de León (junto al actual instituto Góngora), en donde permanecieron hasta 1932, cuando se mudan a la calle Gondomar, junto a la calleja Quinteros, a un edificio en el que también vivía la familia. Allí les sorprendió el inicio de la Guerra Civil y la muerte del cabeza de familia a manos de los sublevados, porque en su librería se vendían publicaciones marxistas.

Rogelio Luque fue una destacada figura del mundo cultural de la Córdoba de aquellos años. Además de librero, fue escritor, poeta, editor e impresor, seguidor de la corriente esperantista de los años 20 que propugnaba la búsqueda de un lenguaje universal que hermanase a toda la humanidad.

Los buenos años

La Guerra Civil pudo haber significado el final de La Luque, como la llaman en confianza los cordobeses, pero la viuda de Rogelio, Pilar Sarasola, le echó valor y reabrió sus puertas tras la contienda luciendo orgullosa el título de viuda de Luque. En 1943, la familia reformó el local y le dio la fisonomía tan reconocible incorporando la papelería al comercio.

Apoyo

Imagen del interior de la Librería Luque. / LUCÍA ABAD

Con el paso de los años se fueron incorporando al negocio los dos hijos de Rogelio y Pilar: Rogelio y Antonio, quienes tres décadas más tarde, en 1972, abrían un segundo local en la calle Cruz Conde. Esta tienda permaneció abierta hasta 2009 y su cierre dejó a muchos cordobeses noqueados. Ya hacía nueve años que también había echado la persiana la de la calle Gondomar y esta nueva clausura supuso, además, la disolución de la sociedad familiar.

Nueva etapa

La Luque se reinventaba una vez más. Varios trabajadores y el propio Javier Luque creaban una sociedad cooperativa y abrían en una nueva ubicación: en la calle Jesús y María en donde han continuado prestando sus servicios hasta el pasado mes de septiembre, cuando la centenaria librería iniciaba una nueva etapa en su historia. Ahora son tres socios -Javier Luque, Esther Romero y Andrés Alonso- los que prosiguen la aventura.

«Nosotros hemos llegado a la conclusión de que para que una librería tenga sentido hoy en día, con todos los medios que hay de acceso a la cultura, tenemos que ser algo más que una tienda de venta de libros, pretendemos ser, primero, parte del tejido cultural de la ciudad, no solo como punto de canalización de las publicaciones escritas, sino estar imbricada en el barrio, hacer comunidad, y por eso queremos que la librería sea un foco vivo de actividades», remarca Luque. Así, por ejemplo, cuentan con un club de lectura y organizan, en colaboración con Actúa Córdoba, cuentacuentos para los más pequeños.

Junto a estas actividades, una de las labores más importantes que viene realizando históricamente esta librería es servir de plataforma para los autores cordobeses. «Con el aforo reducido que tenemos (35 plazas) es más apropiado para acoger las presentaciones de autores o editoriales de aquí, de Córdoba, de gente que a lo mejor no tiene acceso, primero, a tener su libro en una librería porque no llegan a la difusión nacional, y después le damos la oportunidad de hacer una presentación y hablar de su libro», señala Javier Luque, quien recalca que «si no somos nosotros quienes apoyamos a nuestros autores y editoriales, ¿quién mejor?».