TRADICIONES

Bujalance vive con devoción la fiesta y procesión de la Virgen de la Cabeza

La imposición de medallas a los nuevos cofrades tiene lugar durante los actos celebrados

La Virgen de la Cabeza, en un momento de la procesión

La Virgen de la Cabeza, en un momento de la procesión / CÓRDOBA

Diario CÓRDOBA

Diario CÓRDOBA

Con gran devoción de los bujalanceños hacia la Virgen de la Cabeza, se han vivido las fiestas en su honor, que han culminado con la procesión de la imagen por las calles de Bujalance, que, por tercer año consecutivo, se realiza en horario de tarde-noche para evitar el calor.

Tras el triduo celebrado en su honor, el día de su fiesta comenzó con la misa de Regla cantada por el Coro Romero de San Isidro, que estuvo presidida por el párroco Francisco Roldán. Al finalizar, fue la toma de posesión del hermano mayor, que este año ha correspondido a José Escamilla Rodríguez, corresponsal de este diario, y tuvo lugar la imposición de medallas a los nuevos cofrades. Seguidamente, se llevó a cabo la procesión de la Virgen por las calles de la localidad, que contó con la presencia de varios concejales de la Corporación; de las cofradías filiales de la Virgen de la Cabeza de Córdoba, El Carpio, Villa del Río, Marmolejo, Alcalá la Real, Torreblascopedro, Ciudad Real, Porcuna y Cabra; de las cofradías locales de Pasión y Gloria; y de numerosas fieles ataviadas con trajes de flamenca y con mantillas. La procesión estuvo acompañada musicalmente por la banda de música Pedro Lavirgen.

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La calle estuvo adornada con alfombras de sal y colgaduras, / CÓRDOBA

Los momentos más emotivos se produjeron a la salida y, sobre todo, a su paso por la calle Carmelitas, donde las hermanas de la Fraternidad Reparadora Apostólica cantaron a la Virgen y la cofradía, en agradecimiento, entregó un ramo de flores ante el Santísimo que está en adoración perpetua. También, en la calle Fernando Notario, magníficamente adornada con alfombras de sal y colgaduras, le cantaron unas sevillanas a la Virgen y, entre vivas y aplausos, recibió una gran petalada. Finalmente,  a su regreso al templo, la Virgen de la Cabeza llegó, entre el repique de campana y el volteo de banderas, a los sones del himno de la Morenita de la banda de música, cantado por todos los devotos. Concluyó la jornada con la cena de hermandad para todos los asistentes.