Delantales, pañoletas y gorrillas de color naranja en el Paseo Alfonso XIII en torno a peroles de migas, cajas de naranjas y otras viandas, baile con guaracha, zumbayla, música con pellizco y un mercado artesanal con Disoñamos, dibujaban este domingo una jornada de convivencia con motivo del Mes de la Naranja.
Asociaciones y vecinos, como la familia Muñoz Manzano, integrada por «siete hermanos con nuestros correspondientes hijos y allegados», se sumaban a una fiesta que cada año rinde homenaje al cultivo de la naranja, en la que Palma del Río tiene uno de sus grandes pilares económicos y sociales. Este año esta cita se celebra entre marzo y abril. Los participantes no dudan al afirmar que «tenemos la mejor naranja del mundo». Sobre el escenario se podían ver las cajas con naranjas que reciben las cinco asociaciones con peroles y paletas que invitan a degustar unas «buenas migas, con naranjas y algo más» (la asociación cultural La Morenita, la del barrio de San Francisco, la del Llano La Era, Volver a Nacer y la familia Muñoz Manzano). En el mercado artesanal, en la alameda del paseo central, se podían ver los puestos con el trabajo artesanal de firmas palmeñas y entidades sociales como Futuro Singular, Amigos Camino de Futuro, la Protectora de Animales, Adipal y un estand de la hermandad de Nuestra Señora de Belén Coronada, patrona de Palma.
En la explanada de la Ribera del Genil, pequeños y mayores, junto con visitantes de municipios de Córdoba y Sevilla, celebraban el Día del Patín, en el que participaron cerca de 200 personas y en el que hubo pruebas de salto, limbo, carrera de obstáculos y se realizó un recorrido por las calles palmeñas. En la organización de este encuentro participa Palma Patina. La jornada, con altas temperaturas, invitaba a la reflexión por la sequía. Altas temperaturas y «el agua que no llega» conduce, según los citricultores, a que la campaña este año termine tres meses antes. O quizá ocurra lo que dice el refrán: «Cuando marzo mayea, mayo marcea».