Diario Córdoba

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concluye la segunda fase de consolidación

El castillo de Dos Hermanas en Montemayor recupera sus muros defensivos

En una zona de la muralla norte se distingue un tramo que correspondería a la época almohade | Los trabajos arqueológicos confirman una imponente falsabraga que circunda la torre norte

Imagen actual de la muralla norte del castillo de Dos Hermanas. Mariluz Ariza

El proceso de reconstrucción del castillo y recinto amurallado de Dos Hermanas, en Montemayor, ha dado un nuevo paso. En concreto, ha finalizado la fase de estabilización de la falsabraga (muro bajo que se levanta delante del principal para una mayor defensa) del lienzo sureste y consolidación de la muralla noreste, una actuación que han llevado a cabo el arquitecto restaurador José Manuel Reyes y el arqueólogo Antonio Moreno.

En esta fase se ha descubierto durante la excavación el tramo de la muralla norte que transcurre desde la torre noreste hacia la esquina noroeste, comprobándose la inexistencia de una torre en esta esquina. «En este tramo de muralla se distinguen con claridad varias fases cronológicas y constructivas, una primera que se correspondería con el castillo de época almohade, con un zócalo de mampostería de caliza sobre el que se dispondría un alzado de tapial», y una segunda fase, en la que, tras una etapa de destrucción o abandono, se reconstruyen los alzados con mampostería. A esta etapa, que «podríamos situar a comienzos del siglo XIV, se corresponde la construcción de la torre noreste», explica Reyes. También en la esquina noroeste se ha documentado la planta de una torre cuadrangular, arrasada hasta cota de cimentación, que puede situarse en esta primera fase constructiva de época almohade

Otro importante hallazgo ha sido la confirmación de que en este lado norte existe una imponente falsabraga (alzado superior a 2 metros) que circunda la torre noreste y corre paralela a toda la muralla norte. Asociada a esta falsabraga del lado norte se ha determinado la existencia de una tercera fase constructiva en la que la liza primitiva (de finales del siglo XIII o principios del XIV) es reforzada con la construcción de un bastión central dotado por dos torres unidas con un parapeto que se adosan al paramento de la muralla. 

Sobre el silo se ha colocado una plataforma tramex de manera temporal. Mariluz Ariza

Por otra parte, la excavación realizada en la crujía interior a esta muralla norte ha permitido documentar varios niveles pavimentarios correspondientes a las fases constructivas posteriores a la conquista cristiana, la presencia de dos accesos desde el lado sur del patio de armas y la existencia de una estancia, muy bien definida, en su extremo oeste, dotada de un rebanco adosado, pero cuya identificación aún no ha podido ser determinada.

Asimismo, en la falsabraga descubierta en la fase anterior (lienzo sureste), «se ha acometido un recrecido de la fábrica de mampostería exterior, conteniendo así el núcleo expuesto y elevando el plano de apoyo». José Manuel Reyes explica que se ejecuta el trasdosado exterior a base de mampostería careada de 40 centímetros de espesor, con un núcleo de mortero de cal, ripios y pequeños mampuestos hasta alcanzar los restos de núcleo original. «En el lienzo noreste, tal y como preveíamos, durante las excavaciones apareció un muro de mampuestos que conforman diferentes dependencias». Sobre los muros de mampostería originales, hay retacados rehundidos con mortero de cal. Tanto para la mampostería como para los restos de muro tapial se ha llevado a cabo una limpieza, tratamiento herbicida y consolidación con hidróxido de calcio. Además, se rellenan las madrigueras y demás perforaciones con mortero de cal y ripios hasta su completa colmatación. En cuanto a las coronaciones, se opta por el enrasado en la muralla principal.

En la fase anterior se llevó a cabo la excavación para el acceso a las caballerizas. En esta fase se encontró un gran silo y ahora sobre él se ha colocado de manera temporal, hasta su puesta en valor definitiva, una plataforma tramex inoxidable para evitar caídas al interior. Además, debajo del arco de acceso al recinto principal, donde están las caballerizas, se ha localizado una atarjea y varias piezas de piedra que fueron estudiadas por el arqueólogo y, tras una recomposición complicada, se han recolocado en su ubicación original (la pieza grande, con dos marcas de quicialera, descansa sobre un film geotextil para facilitar su reversibilidad). 

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