Los antiguos socios del desaparecido Club Junip de Baena han puesto en marcha una campaña de recogida de firmas para poner el nombre del club a la calle Rosales. Rafael Serrano explica esta solicitud porque fue en el número cuatro de esta calle donde estuvo el club. Recuerda que cuando se vendió la casa el dinero fue entregado a las monjas de la residencia de San Francisco. 

Los antiguos socios crearon una comisión con el objetivo de llevar a cabo acciones para recordarlo porque «tuvo una importancia muy grande para los que formaron parte», a la vez que indicó que por él pasó «prácticamente toda la juventud». Entre sus primeras actividades está la formación y ayuda a las personas necesitadas y en la época de la transición impulsaron la creación de asociaciones. Serrano confía en que con el apoyo popular el pleno lo apruebe. El siguiente paso será presentar el libro que recoge la historia del club.