Que este año el 4 de septiembre haya caído en domingo y que se haya regresado a la normalidad después de la situación vivida los dos últimos años por la pandemia, --cuando la Bajá de la imagen de María Santísima de la Sierra a Cabra, ciudad de la que es patrona, no se pudo desarrollar con el acompañamiento de cientos de fieles y devotos--, ha permitido que esta tradicional ceremonia religiosa se haya vivido este año, si cabe, con más intensidad que otras ocasiones.

De esa manera, la gran expectación se notaba ya en la ciudad desde algunos días antes, con la presencia de muchos egabrenses llegados de fuera. Así, desde bien temprano, con el repicar de las campanas, se anunciaba este domingo que la imagen volvería un año más a su ciudad.

Para ello, y a las cuatro de la tarde, una hora que ya es clásica para los egabrenses en esta cita, la imagen salió de su santuario arropada por varios miles de personas, que la acompañaron por un camino pedregoso, entre riscos y jaras, y llevada sobre los hombros de sus costaleros. Para la ocasión, la virgen estrenó un terno completo confeccionado a partir de una antigua pieza de damasco de seda amarillo y rematada con galones y fleco de oro entrefino, también antiguos. La saya se ha completado con bandas horizontales de galones de oro, en tanto que el vestido de la imagen del Niño Jesús posee también una pequeña capa. El manto del sol, como ha sido denominado, ha sido donado a la imagen por su vestidor, José Luis Osuna, como agradecimiento por los veinte años que lleva desempeñando tal función y que ha sido confeccionado por la camarera de la Virgen María del Carmen Moreno. 

A pesar del gentío, la explosión de fervor fue cumpliendo los horarios y se facilitó el paso a los costaleros que portaban a la Virgen en sus andas de plata. La imagen serrana destacaba en el paisaje al pasar por lugares y parajes naturales emblemáticos en ese camino, como son La Viñuela, el Peñón de la Beata, Los Colchones o la Casilla de la Salve, donde una vez más fue portada a hombros por mujeres mientras se le cantaba la Salve popular.

La noche anterior, en el auditorio municipal alcalde Juan Muñoz, la hermandad del Rocío fue la encargada de pronunciar un sentido, emotivo y musical pregón anunciador de las fiestas de la localidad, que se celebrarán hasta el próximo día 8.