Diario Córdoba

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Consecuencias de la sequía

El agua que no llega

La zona norte cuenta con agua suficiente en el embalse de La Colada y en el de Puente Nuevo pero falta la conexión al de Sierra Boyera, del que se abastece a la población

El embalse de La Colada solo se emplea para uso recreativo como el baño en la playa artificial de El Viso. Rafa Sánchez

La presa de La Colada, con una capacidad de 57,7 hectómetros cúbicos, se construyó para hacer frente a los problemas de suministro de Los Pedroches y el Valle del Guadiato. Sin embargo, más de una década después, su agua aún no llega a los hogares de los cerca de 100.000 ciudadanos de estas comarcas. Y tampoco puede hacer uso de ella la importante cabaña ganadera de la zona que también atraviesa una situación grave por la sequía, con todo el verano por delante, a lo que se une los elevados costes de producción. Y eso se debe a que no han finalizado las conexiones con el embalse de Sierra Boyera que está al 16,4% de su capacidad. 

El embalse de La Colada, cuyas aguas se extienden por los términos municipales de El Viso, Villaralto, Hinojosa del Duque y Belalcázar, completó su llenado, que comenzó en mayo del 2007, en marzo del 2010, tras un periodo de obras que abarcó desde el 2002 al 2006.

La construcción de La Colada costó 24,6 millones de euros y la acometió el Ministerio de Medio Ambiente con un 70% de financiación de los fondos de cohesión de la UE y con aportaciones de la Diputación de Córdoba (10%), la sociedad estatal Hidroguadiana -actualmente Acuaes- (18%) y la entidad pública Aguas de Castilla La Mancha (2%).

Terminada la presa y puesta en carga faltaba otro paso crucial: la Junta de Andalucía debía construir las conducciones generales desde La Colada hasta la estación de tratamiento de agua potable de Sierra Boyera.

La Diputación aprobó por unanimidad, hasta en dos ocasiones, instar a la Administración autonómica para que acometiera lo que se llamó «la red secundaria» y la Mancomunidad de Los Pedroches también exigió que en los presupuestos del 2006 se contemplara una partida específica para estas obras.

En agosto del 2006, la Consejería de Medio Ambiente, a través de la Agencia Andaluza del Agua, finalizó la redacción del proyecto y se licitó la obra, con 20,6 millones de presupuesto y un plazo de ejecución de 18 meses. Las obras se adjudicaron en noviembre y el 20 de marzo del 2007 el Consejo de Gobierno de la Junta autorizó la contratación de las obras, «que comenzarán en breve», se dijo entonces. 

En el 2008 no se completaron las conexiones de La Colada con Sierra Boyera

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Ya en aquel momento, la entonces consejera de la Junta Fuensanta Coves presentó a los alcaldes la planificación, coincidiendo con la puesta en servicio de la remodelada red, entre Sierra Boyera y el Cuartanero.

El proyecto contemplaba la construcción de un nuevo depósito regulador de 10.000 metros cúbicos, 41 kilómetros de nuevas conducciones y la ejecución de estación de bombeo en las inmediaciones del embalse de La Colada para elevar el agua hasta el depósito del Cuartanero, punto más alto del sistema, y transportarla hasta la planta de tratamiento de Sierra Boyera para su distribución. 

La consejera Coves aseguraba en el 2007 que «la actuación estará lista en el 2008, para que coincida con la entrada en funcionamiento de la presa de La Colada», pero en diciembre del 2007 pospuso la terminación al 2009. La obra se adjudicó a las empresas Detea, Fomento de Construcciones y Contratas y Manuel Alba.

Por razones que se desconocen en 2008 quedó pendiente la conexión final en la presa de La Colada, la modificación de la línea eléctrica y una estación de bombeo.

En el año 2018, aún con el Gobierno del PSOE en la Junta, este periódico preguntó a la Agencia Andaluza del Agua, que no facilitó ni plazos ni previsiones para acometer las tareas pendientes y se remitía a señalar que «el suministro está garantizado a través de Sierra Boyera». Garantía que en 2022 no existe al encontrarse Sierra Boyera en una situación crítica. 

Cambio de gobierno

Con la llegada del PP al Gobierno autonómico, la Junta «sacó del cajón de los servicios centrales de Sevilla» en 2020 la terminación de la conexión entre La Colada y Sierra Boyera, «que estaba abandonada desde el 2008», según se señaló, declarándose como proyecto de Interés Autonómico y la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta adjudicó la redacción del proyecto para terminar la red secundaria de La Colada por 139.096 euros el 4 de agosto del 2021, formalizando el contrato en septiembre. 

La empresa adjudicataria, Idom Consulting Engineering Architecture SAU, cuenta con 14 meses para redactar el proyecto y luego vendrá la exposición pública, la adjudicación y la ejecución de la obra, por lo que aunque exista el compromiso público de la Consejería de agilizar todos los trámites el proceso se prolongaría durante el 2023. 

La Junta señalaba el pasado año que el embalse de La Colada cuenta con una conducción de impulsión de diámetro 700 milímetros, que está al 94%; una conducción de gravedad diámetro de 800, que se encuentra al 100%; otra conducción de gravedad diámetro 500, ejecutada al 95%, y un depósito de agua bruta de 10.000 metros cúbicos que ya está terminado.

En esta espera y ante el descenso del agua embalsada en Sierra Boyera se incluyó a propuesta de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir la conexión del pantano de Puente Nuevo con Sierra Boyera como una solución que garantizarse el suministro al aumentar el caudal de este segundo pero al final el Decreto de Sequía del Gobierno central dejó fuera esa actuación. Es la incoherencia de que habiendo agua, ésta no está garantizada. 

En el transcurso de los años se habló de reabrir pozos e incluso se creó una Comunidad de Usuarios pero tras distintas reuniones en la Mancomunidad nada se concretó

Y luego está la confrontación política y ejemplo de eso ha sido la reciente campaña electoral en la que la falta de infraestructuras que aseguren el suministro de agua se convirtió en un arma arrojadiza entre el PSOE y el PP

Lo cierto es que la inacción y la falta de inversiones en infraestructuras provoca que la zona norte de la provincia se enfrente a un verano complicado con las temidas restricciones y cortes sobre la mesa y a corto plazo. Otra piedra en el camino que se une a la despoblación o a la crisis del sector primario.

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