A raíz de la agresión sufrida al mediodía de este domingo por una familia del residencial El Señorío de Pedro Abad y la manifestación espontánea de decenas de ciudadanos producida a raíz de este hecho, la alcaldesa de esta localidad, Magdalena Luque (IULV-CA), ha señalado a este periódico que "entiendo la concentración del domingo, ya que llevamos padeciendo la ocupación de las casas durante mucho tiempo y vemos que no hay solución".

Añade la regidora perabeña que "llegan órdenes de desahucio y conforme salen de unas casas se meten en otras y es imposible contactar con los propietarios de las viviendas para que actúen de manera responsable y denuncien estos casos". Asegura que “hace un tiempo se realizó una actuación por el uso ilegal del agua potable, y la luz también la cogen de forma ilegal". Por otro lado, apunta que las casas que han ocupado están prácticamente desvalijadas, "ponen la música alta a deshoras y no dejan descansar a los vecinos que se tienen que levantar al día siguiente para trabajar, además de encender fuego en las calles".

Pide ayuda a la Subdelegación del Gobierno

Respecto a estas circunstancias, aclara Luque que "desde el Ayuntamiento nos vemos impotentes, ya que no es posible solucionarlo desde nuestra institución, y para ello necesitamos la ayuda solicitada en varias juntas locales de seguridad ante la subdelegada, Rafaela Valenzuela, pero aún no se le ha dado solución”.

Luque añade que "hemos llegado ya a un punto que ha supuesto la reacción del pueblo que, de manera pacífica, ha querido hacer un llamamiento a la situación y se le tiene que oír".

Este residencial, de unas sesenta viviendas, tiene ocupadas más de la mitad y diez son los vecinos que viven de forma regular, que desde hace varios años vienen padeciendo esta situación.

Pilar González, propietaria cuyo marido, Sebastián Delgado, recibió la supuesta agresión el domingo, ha indicado a CÓRDOBA que "el problema surgió porque un día antes intentaron meter por mi patio una manguera de agua, y nos dimos cuenta porque habían roto una de las figuras que teníamos ahí. Acto seguido nos dirigimos a un hombre que había en otro patio y le alertamos de que quitara la manguera de nuestra casa". A continuación, relata Pilar González que "vinieron a nuestra casa y de manera muy agresiva nos amenazaron con quemarnos la casa con los niños dentro".

Añade González que "cuando quise darme cuenta tres personas agredieron a mi marido; otras nos tiraron del pelo y nos agredieron en la cabeza hasta que pudimos zafarnos y entrar en casa". Seguidamente se trasladaron al centro de salud de Montoro, donde los médicos le hicieron un parte de lesiones y a continuación pusieron la denuncia ante la Guardia Civil.

Pilar, con sus dos hijos, se trasladó a casa de unos familiares en Córdoba mientras su marido se quedó vigilando el hogar. Recalca que "la actitud de los ocupas es de altivez, son los que mandan en la urbanización, y todo el mundo callado porque, si no, hay consecuencias".