El proyecto de decreto por el que se aprueba el Reglamento de protección frente a la contaminación lumínica en Andalucía, puesto en marcha por la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, se encuentra en la fase de información pública, y hasta el 6 de octubre, se pueden presentar aportaciones. «Es un momento importante para tomar conciencia y participar en buscar soluciones a este problema muy poco conocido como es la contaminación lumínica, que afecta tanto a lo ambiental como a lo social», manifiesta Giuseppe Aloisio, delegado territorial de Desarrollo Sostenible en Córdoba.

El principal efecto de la contaminación lumínica a gran escala es la reducción de la oscuridad natural del cielo nocturno. Andalucía ha gozado históricamente de cielos nocturnos de calidad excepcional, motivo por el que en su territorio se encuentran observatorios astronómicos de carácter internacional, pero en las últimas décadas la luz durante las noches ha ido aumentando de forma progresiva.

La pérdida de la oscuridad natural del cielo nocturno no solo dificulta seriamente las investigaciones astronómicas, como se fundamenta en este proyecto de decreto, sino que «impide a la población la observación del cielo, al mismo tiempo, que causa daños a ecosistemas, provocando alteraciones en los ciclos vitales, supone un derroche energético y económico que lleva asociada una mayor generación de contaminantes atmosféricos y niveles excesivos de luz, que pueden provocar alteraciones en la salud de las personas».

Uno de los espacios protegidos por el ‘starlight’ de Los Pedroches. RAFA SÁNCHEZ

Si se observa el mapa de calidad de los cielos de la Red de Información Ambiental de Andalucía, es posible comprobar que el norte de la provincia de Córdoba cuenta con importantes extensiones de cielos oscuros mientras que las grandes aglomeraciones urbanas van ganando terreno a esa oscuridad necesaria. Aloisio recuerda que hay que tener en cuenta que «la luz se transmite por la atmósfera a distancias que pueden superar los 100 km desde el lugar en el que se genera, y si no se toman medidas, este tipo de contaminación podría acabar con la calidad de nuestro cielo nocturno».

El proyecto de decreto pretende hacer compatible el desarrollo de la actividad humana en horario nocturno, con la oscuridad natural de la noche mediante el diseño y uso sostenibles de las instalaciones de alumbrado exterior. El objetivo es preservar las condiciones naturales de oscuridad en beneficio de los ecosistemas nocturnos y promover el uso eficiente y reducir la intrusión lumínica innecesaria. En definitiva, salvaguardar la calidad del cielo y facilitar la visión de este, con carácter general, y, en especial, en el entorno de los observatorios astronómicos.

La Junta busca también un mayor ahorro energético en toda la comunidad, en especial por parte de los ayuntamientos, así como evitar los efectos nocivos de la contaminación lumínica, sobre todo de la luz azul, que es la más dañina para los ecosistemas.