El aljibe de Palma del Río, junto a la muralla almohade en su recorrido anexo a la Puerta del Sol, y el tramo de muralla colindante se incorporan a las rutas turísticas por el legado patrimonial que encierra la cerca almohade. Así lo ha anunciado la concejala de Cultura y Turismo, Ana Belén Corredera Liñán, tras la restauración del pozo acometida a través de fondos europeos.

Igualmente, Corredera destaca la inclusión de un paseo junto a la muralla, tanto en extramuros por la calle Presbítero José Rodríguez como en intramuros, junto al aljibe, Portocarrero y el Museo Municipal, recorrido que se está acondicionado a través de una actuación del PFEA. Ambos proyectos han requerido una inversión de 34.558 euros -ejecutada por la empresa local Mamper y el proyecto de redacción realizado por el arquitecto local Dionisio de la Rosa Morales- y 205.884,46 euros del PFEA, respectivamente.

Esta última actuación está prevista que finalice en octubre y dotará a la zona de senderos alejados del perímetro de la muralla y nueva iluminación en el jardín interior. En la otra cara del paño de muralla, en la calle Presbítero José Rodríguez, se va a marcar en el pavimento el perímetro original de los dos torreones del recinto fortificado de este tramo para poder apreciar su volumen original y se van a instalar bolardos para que no se puedan estacionar vehículos, permitiendo el paso del tráfico rodado para acceso a cocheras y el paseo por este tramo de muralla, según apunta el primer teniente de alcalde, Antonio Navarro.

La conservadora del patrimonio histórico artístico, Reyes Lopera, ha manifestado que ambos torreones se encuentran muy deteriorados, se está trabajando para acometer un proyecto de restauración de uno de estos torreones, que por el lado del jardín dispone de una escalera original de acceso a la torre y al adarve, según apunta la restauradora. En el mismo proyecto, se contempla la restauración del torreón de la Fuentecilla de los Frailes, junto a Santa Clara y el colegio Inmaculada Concepción.

La restauración del aljibe ya se encuentra en la carta arqueológica de la ciudad. El recinto se ha protegido con una reja que marca el perímetro y el teniente de alcalde apunta a que es accesible a personas con movilidad reducida. Junto a la concejala de Cultura, invita a proteger este bien del patrimonio local. Como ha dicho Corredera, “la ciudad es propietaria de este aljibe, es nuestra responsabilidad cuidarlo, ser respetuosos”.

Este aljibe, como peculiaridad ofrece una estructura externa, también se ha dotado de iluminación decorativa, tanto interior como exterior, con focos de bajo consumo. La conservadora municipal subraya que se trata de una estructura medieval, hispano-musulmana, básica para los habitantes de aquella época.