El Ministerio de Cultura y Deporte ha autorizado la renovación del depósito de las tres esculturas romanas por otros cinco años más, tras la solicitud del Ayuntamiento de Baena. En el año 2015 el Museo Arqueológico Nacional de Madrid depositó estas esculturas en el Museo Histórico Municipal de Baena, que se exponen en su sala II. Estas piezas fueron halladas en el foro romano de Iponoba, en el Cerro del Minguillar, entre 1902 y 1904, en unas excavaciones realizadas por Valverde y Perales, junto a otras piezas que se encuentran en la exposición permanente del museo, de las que destaca la representación sedente con el retrato de Livia portando la cornucopia. Estas esculturas, que representan a divinidades y miembros vivos de la familia imperial julio-claudia, evidencian la importancia de Iponoba en el siglo I dC y debieron decorar la plaza forense de aquella antigua ciudad que alcanzó un espacio de tres hectáreas, como apunta el arqueólogo municipal, José Antonio Morena.

La primera es una estatua sedente femenina de la que se conserva solo la mitad superior. «Sus características tipológicas buscan diferenciarla de Livia, reproduciendo un modelo iconográfico propio de las divinidades femeninas sedentes». Probablemente se trate de Dea Roma, personificación del Estado romano, según el tipo Minerva, que solía representarse en posición sedente, sosteniendo una lanza y con dos atributos esenciales: el casco sobre la cabeza y el escudo apoyado en el lateral. Debe fecharse entre el 15 y el 20 dC, comenta Morena.

La segunda es una escultura togada acéfala, sin brazos y conservada hasta la mitad inferior de las piernas. Esta forma parte de un grupo escultórico completado con otros togados infantiles que también se custodian en el Museo Arqueológico Nacional. Este togado formaría parte de un grupo escultórico completado con dos togados infantiles con la bulla, fechándose entre los años 20-30 dC. «El togado, de tamaño superior al natural, pudo ser germánico y los niños que aparecen en los conjuntos dinásticos de este periodo se reducen a sus hijos Nerón y Druso», indica Morena.

La tercera pieza es un togado que sigue un modelo rígido y anguloso, cuya mitad inferior y superior fueron talladas por separado y pudo haber representado a Tiberio, «habiéndose propuesto que el grupo se completaría con otra escultura que representaría al difunto Augusto, que habría subrayado la continuidad dinástica y la prolongación de un programa de gobierno en su sucesor», y está fechado entre el 15-20 dC.

Estas tres piezas, sumadas a las estatuas descubiertas en las diferentes campañas de excavación llevadas a cabo por el Ayuntamiento de Baena en el yacimiento arqueológico de Torreparedones, «convierten al Museo Histórico Municipal de Baena en uno de los importantes del país en lo que a escultura romana de gran formato se refiere», con piezas excepcionales como las representaciones sedentes de divus Augustus y divus Claudius y la escultura thoracata del foro de Torreparedones, según los estudios realizados por los profesores de la Universidad de Córdoba Carlos Márquez y Ángel Ventura.