Pozoblanco despide este domingo a Miguel Arroyo López, uno de los mejores empresarios que ha tenido en su historia. El viernes fallecía, a los 73 años de edad, un hombre con una sensibilidad privilegiada que fue capaz de conseguir que en Pozoblanco hubiera una de las mejores empresas de textil de España, Confecciones Nalo, que ha destacado especialmente por su fábrica de pantalones con uno de los mejores muestrarios de Europa.

En el año 2005 llegó a hacer 8.000 pantalones diarios y más de dos millones de pantalones. Desde hace décadas, Nalo sirve pantalones a todo el mundo y a grandes firmas comerciales como Zara o El Corte Inglés. Actualmente la empresa sigue con su actividad textil vendiendo a más de una docena de países.

Miguel Arroyo era el gerente de la empresa. Una persona educada, elegante y humilde. Todo un caballero. Venía de una familia trabajadora. Su padre era ebanista y su madre modista. Ella en la guerra civil se fue a Córdoba a coser en el taller de costura de su tía, y allí ideó la fábrica textil que crearía después. Luciana empezó en Pozoblanco con un taller familiar de confección de pantalones. Poco a poco fue asentando la base de una empresa con futuro que a mediados de los ochenta fue creciendo a un ritmo espectacular. Miguel Arroyo, gerente de la empresa, y sus tres hermanos lograron crear una fábrica que empleó en sus mejores años a más de 200 trabajadores. Uno de los momentos más amargos para Miguel fue la muerte de Juan Pedro, con el que estaba muy unido y con el que trabajaba codo con codo en la empresa.

Miguel Arroyo era un luchador incansable y hasta los últimos días de su vida estuvo trabajando. Llegaba muy temprano a la fábrica y se marchaba de noche y muy tarde. De lunes a domingo. Sin descanso. Inteligente, sabía leer cada situación. Un visionario. Era un guerrero de corazón noble. En su vida ha dejado espléndidas muestras de ello. Ha tendido la mano a quien lo ha necesitado, huía de los halagos y del protagonismo, no le gustaba. Él era una persona tímida que no quería destacar nunca aunque fuera uno de los mejores emprendedores que ha dado Pozoblanco.

Quienes lo conocían bien saben que era una bellísima persona que ha ayudado a muchísimas personas. Bondadoso y muy atento, y muy detallista con la gente. Para él, su vida era la confección, su esposa Cati, sus hijas y nietos. Bondadoso y atento siempre. Era muy detallista con la gente a la que conocía y en su vida deja una fábrica en Pozoblanco que es de las mejores de España pero, en realidad, lo que realmente deja es una existencia donde demostró su capacidad como persona, su bondad humana y su humildad. Eso es lo más importante que deja en las personas que lo conocieron y que estuvieron a su lado.