La recuperación del histórico edificio de El Parador está más cerca. Dos años después de que el Ayuntamiento de Montilla iniciara el expediente para la rehabilitación subsidiaria del inmueble, situado en la avenida de Europa, junto al trazado de la antigua travesía de la carretera nacional N-331, el equipo de gobierno que preside Rafael Llamas ha alcanzado un «principio de acuerdo» con los propietarios, la constructora montillana Hermanos Goce, para permutar la vivienda a cambio de unos terrenos de titularidad municipal.

En declaraciones a CÓRDOBA, el alcalde de Montilla, Rafael Llamas, confirmó que su equipo de gobierno «ha planteado a los propietarios su permuta por unos terrenos ubicados en la zona de El Madroño», cuyo desarrollo ya ha sido contemplado en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de la ciudad.

El acuerdo, que «está pendiente de algunos flecos» según reconocieron a este periódico fuentes de la empresa constructora, implicaría que el Ayuntamiento se encargara finalmente de ejecutar la consolidación que se ha venido reclamando en los últimos años para evitar el desplome de la casa.

«Se trata de un edificio singular de Montilla que tiene interés histórico para nuestra provincia, por lo que tanto esta Corporación municipal como las anteriores han apostado por recuperarlo», reconoció Llamas, quien precisó que la fórmula de la permuta evitaría que el Consistorio se vea obligado a desembolsar una cantidad económica para hacerse con la propiedad del inmueble.

Con todo, el borrador de presupuestos municipales para el año 2021 contempla una partida de algo más de 400.000 euros que, según indicó el primer edil montillano, «permitirán actuar en la consolidación del antiguo caserío y, de este modo, para evitar que desaparezca».

«Esa partida está dirigida a ejecutar la misma obra que se le ha venido reclamando a los propietarios en los últimos años», añadió Rafael Llamas, quien insistió en que aunque el expediente de permuta «aún se encuentra en trámites», se ha querido recoger el proyecto de rehabilitación en el borrador de los presupuestos «para garantizar que se pueda actuar una vez que la permuta se lleve a efecto». De igual manera, Llamas desveló que el objetivo del equipo de gobierno es «acudir a otras instituciones» para poder financiar parte de la recuperación del inmueble y «poder darle un uso vinculado al patrimonio cultural que favorezca, además, el desarrollo económico de Montilla».

A pesar de ser un inmueble que cuenta con un nivel 2 de protección global, su mal estado de conservación ha motivado numerosos informes municipales desde la década de los noventa.

En el 2015, el Ayuntamiento de Montilla inició el expediente de declaración de ruina y reclamó a los propietarios la necesidad de acometer una actuación «para demolerlo o, en su caso, para restaurarlo».

A los desperfectos que se aprecian desde hace tiempo en la fachada se suma ahora un nuevo hundimiento en su cubierta principal, construida a base de caballos de madera que han ido perdiendo su capacidad de apoyo. En efecto, las lluvias registradas en las últimas semanas han provocado un nuevo desplome en uno de los tejados, dejando al descubierto un depósito visible desde la antigua travesía de la N-331.

Un enclave con gran notoriedad

El Parador de Riobóo es un antiguo caserío con lagar para la molturación de uva y la crianza de vinos que pasó posteriormente a manos de las Bodegas Cobos. A finales del siglo XIX, la vivienda alcanzó una gran notoriedad, al ser lugar de paso obligado para carruajes y diligencias que recorrían Andalucía procedentes de Madrid. Ya en la pasada década de los noventa, el edificio alcanzó de nuevo una gran popularidad al albergar una terraza de verano que se convirtió en uno de los lugares de ocio de referencia para los jóvenes de la comarca.

En el año 2002, la constructora montillana Hermanos Goce anunció su intención de llevar a cabo la ejecución del plan parcial residencial en el entorno de El Parador que, junto a la construcción de 92 viviendas de lujo, contemplaba la restauración del emblemático inmueble y su puesta en uso como hotel con 50 habitaciones, así como un palacio de congresos y exposiciones con capacidad para acoger a 1.500 personas.

Según un informe elaborado por los servicios técnicos municipales en 2015, «el edificio está inmerso en un proceso de deterioro general progresivo, presentando daños de consideración debido al agotamiento de los elementos estructurales y a la falta de conservación del mismo».

Así, el informe describía daños de consideración en la cubierta, así como degradación de los muros, desprendimiento de partes de la fachada y corrosión de elementos metálicos. Por este motivo, se instaló un vallado de seguridad en todo el entorno.

Según esta valoración técnica, su recuperación no sería «viable» al haber superado «el límite del deber normal de conservación».