FICHA

El Palacio, también conocido como Palacio de los Condes de Palma, es una construcción de origen almohade (s. XII) reconvertido en palacio señorial en el siglo XVI.

Usos

El castillo es Bien de Interés Cultural (BIC) y además de visitarse acoge eventos.

Horario

Bajo cita previa y en función de los eventos programados.

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Como ave fénix resurgido de sus cenizas, así ha resurgido el Palacio de Portocarrero de Palma del Río de la mano de sus actuales propietarios, el matrimonio formado por Enrique Moreno de la Cova y Cristina Ybarra Sainz de la Maza, que llevan 30 años volcados en la restauración de este espléndido recinto que atesora entre sus paredes y jardines destacados retazos de la historia de España.

El palacio, también conocido como Palacio de los Condes de Palma, fue en origen un alcázar almohade que mandó construir en el siglo XII el sultán Abu Yacub, si bien la leyenda habla de que éste se levantó sobre una construcción romana del siglo II, en la que el procónsul de la Hispania Bética, Aulio Cornelio Palma, se instaló cuando refundó la localidad a la que dio nombre, un hecho que no está demostrado. Ya en el siglo XVI el alcázar sería reconvertido en palacio señorial.

Sus paredes están intrincadas de historia: lo han visitado las reinas Isabel La Católica e Isabel II de Inglaterra, en sus salones se celebró la boda de Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, con María Manrique de Lara y Figueroa, y en una de sus estancias nació en 1629 Luis Manuel Fernández de Portocarrero y Mendoza, canciller mayor de Castilla, arzobispo de Toledo y primado de España, -el cardenal Portocarrero, del que toma actualmente su nombre-. Y hasta ha sido escenario de película. Entre ellas, mencionar como ejemplo que Ridley Scott filmó aquí El reino de los cielos, que protagonizaban Orlando Bloom, Liam Neeson y Eva Green.

Rodeada de sobrias murallas almohades, la edificación, declarada Bien de Interés Cultural (BIC), se articula en torno a dos amplios patios claustrados que dan paso a grandes estancias, solanas y galerías y se rodea de evocadores jardines hispano-mudéjares en los que destaca el jardín botánico de cítricos, el Pago de Huerta más antiguo de la zona. Destaca el balcón plateresco principal, de Hernán Ruiz. Además, el conjunto cuenta con unas caballerizas en un edificio aledaño.

El palacio no es solo un monumento, sino que se ha convertido en un lugar lleno de vida, donde tienen cabida todo tipo de eventos particulares y empresariales. ELISA MANZANO

El palacio fue arrasado en la Guerra Civil y se sumió en la ruina de la que lo han sacado los Moreno-Ybarra, que no solo han devuelto el esplendor al conjunto monumental sino que lo han dotado de nueva vida.

Así, además de estancias y las visitas guiadas en español, inglés, francés e italiano -gratuitas para los niños-, el palacio está preparado para acoger todo tipo de eventos, tanto en el interior como en el exterior, de hasta unas 500 personas. Además, el recinto, que acoge algunas de las pinturas de su alma máter, Cristina Ybarra, un alma inquieta que no deja de innovar, también es escenario de distintos cursos. Ahora, además de la ampliación del museo del traje de época para acoger objetos domésticos de varias épocas con los que acercar el folclore tradicional a los visitantes, se ha añadido una sala dedicada al flamenco. Y todo ello para hacer de la visita al palacio una experiencia única, sorprendente y sumamente interesante.

RECOMENDACIONES

PATRIMONIO HISTÓRICO

El Palacio de Portocarrero forma parte de un importante conjunto patrimonial. La Alcazaba, el recinto amurallado, los conventos de Santa Clara y Santo Domingo, el hospital de San Sebastián, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, la Plaza Mayor de Andalucía o la Puerta del Sol son algunos de lugares que merecen una visita, en la que no puede faltar tampoco la Casa-Museo de Manuel Benítez ‘El Cordobés’.

RUTAS POR LA NATURALEZA

La particular ubicación de Palma del Río ofrece interesantes oportunidades de disfrutar de la naturaleza. La Oficina de Turismo local ha diseñado distintas rutas de senderismo, en bicicleta y a caballo, entre las que merece la pena mencionar la que discurre por los pagos de huerta, antiguos asentamientos de labriegos que convivían en las proximidades de sus huertas.

VARIADA GASTRONOMÍA

Palma del Río es decir naranja. La naranja ha dado lugar a un repertorio de recetas, entre las que destacan la ensalada de naranja y bacalao y el picadillo de naranja con atún, así como los platos que combinan carnes de caza con el producto estrella de la localidad. La oferta culinaria se completa con un surtido de dulces y postres muy variado, como las conocidas sopaipas o cortadillos de sidra.