C ientos de personas se trasladaron ayer a la Sierra de Aras para acompañar la solemne procesión de bajada de la Virgen de Araceli, patrona de la Lucena, que en su camino fueron sorprendidos por una fina lluvia en diferentes momentos.

Hacia las tres de la tarde salía desde el santuario el paso procesional de la Virgen, que fue llevado a hombros por una cuadrilla de santeros mandada por Antonio Nieto. En todo momento la comitiva estuvo acompañada por una multitud de devotos que en distintos tramos echaron una mano a los santeros y vieron colmada su ilusión de llevar, aunque fuera por unos instantes, el paso de la Virgen. Junto a ellos estaban el hermano mayor de la Real Archicofradía, Rafael Ramírez Luna, y numerosos miembros de su junta de gobierno, así como el vicario de la Campiña, David Aguilera.

Hacia las seis y media de la tarde la procesión se iba acercando a Lucena en una jornada de Domingo de Resurrección en la que lucentinos y fieles no quisieron dejar de acompañar a la Virgen de Araceli, en un día con el cielo cubierto de nubes. Por fortuna, la lluvia no arreció y ello animó a centenares de personas a acercarse hasta las inmediaciones de la Puerta de la Mina y la Era del Santo para dar la bienvenida a la patrona. En este lugar, como manda la tradición, esperaban a la comitiva procesional las autoridades, encabezadas por el alcalde, Juan Pérez, así como numerosos miembros de la Corporación municipal lucentina y las camareras de la Virgen. En este punto se incorporaron también, como es tradicional, las bandas de Música de Lucena y la del Santísimo Cristo de la Humillación-Servitas.

EL RELEVO / Conforme el paso se acercaba al casco urbano arreciaban los cánticos aracelitanos y los entusiasmados vivas a la Virgen entonados por personas de todas la edades y se produjo el también tradicional relevo de la Aracelitana Mayor y su corte, Elvira Cruces Vera, Araceli Díaz Sánchez, Araceli María Egea Cuenca, Tania Frías Gutiérrez, Araceli María Lara García, Araceli López Guerrero y Araceli Montilla Parejo. En el desfile participaban asimismo las cuadrillas de santeros del primer domingo de mayo y de la subida, con sus respectivos manijeros, José Luis Crespillo Guardeño y Jerónimo Jiménez.

Desde la Puerta de la Mina, la procesión de la Virgen de Araceli inició su entrada triunfal en la ciudad, pasando por su casa museo en la calle Maquedano y accediendo a la Plaza del Coso. En todo el recorrido urbano se había congregado una multitud ansiosa de poder ver a una imagen que despidieron el pasado año a primeros de junio en la romería de subida. Minutos después la procesión hacía su entrada en la iglesia parroquial de San Mateo, donde este año se celebraran todos los cultos de las fiestas.

La interpretación del himno a María Santísima de Araceli puso el broche de oro a una jornada que abre el pórtico de las entrañables Fiestas Aracelitanas, declaradas de Interés Turístico Nacional.